Apuesto a que la historia de todas las crespas debe ser más o menos parecida a la mía: después de años de sufrir con el peinado en seco de una mamá lisa que no tenía idea, de cortes de pelo que merecieron sobrenombres como Valderrama o Heidi, de alisarlo con keratina repetidas veces y otras barbaridades… Aprendí a amar, aceptar y manejar mis rulos. Más o menos, eso sí, todavía queda camino por recorrer.

En esta cruzada uno de los descubrimientos más importantes ha sido el siguiente: sin crema para peinar, no se vive. He pasado por espumas, aceites, tónicos y cremas, y lejos mi favorita ha sido la crema. Por eso cuando mi crema de peinado habitual se estaba acabando y me llegó este super completo pack de la línea Ballerina para Ondas y Rizos Controlados, la crema de mango y aceite de argán fue lo que más me alegró la vida. Porque sin crema no se puede estar en este mundo.

La crema es parte de una línea natural de Ballerina que incluye shampoo, bálsamo y crema para peinar, hecha a base de mango y aceite de argán y sin siliconas. Esta línea también es libre de productos de origen animal y no testeada en animales.

Lo primero por decir, es que el olor es sencillamente delicioso. Dulce y floral al mismo tiempo, en equilibrio. En la ducha el shampoo y bálsamo son un deleite olfativo, y al aplicar la crema después de mi lavado con definición semanal, el baño y mi pieza quedan aromatizados un buen rato. El olor dura un par de días en el pelo (ya que como la mayoría de las cremas para peinar, no es necesario enjuagar) lo cual también se valora.

En términos de los rulos mismos, no sentí tanta diferencia con el shampoo y bálsamo, aunque sí recomiendo dejar el bálsamo actuar por un par de minutos, que a mi me ha resultado para hidratar un poco, ya que mi pelo como la mayoría de los crespos, se seca tremendamente. 

¿Qué buscamos las crespas? Definición y acabar con el frizz, ¿o no? Ahí le reconozco a la crema de peinar que ayudó un montón. Muy buena definición y frizz bastante controlado. Check, desafío cumplido. ¿Qué busco yo personalmente? Un producto natural que además de ser bueno con mi pelo, sea bueno con nuestro medio ambiente tan maltratado. Ahí, los envases grandes son más sustentables en términos de utilización de material, y Ballerina también tiene disponible shampoo y acondicionador en formato doypack para rellenar envases. Al mismo tiempo, no se utilizan las dañinas siliconas, parabenos y colorantes que nos dan esa falsa sensación de suavidad, y que no son biodegradables.

En definitiva: recomiendo 100% probar esta nueva línea de Ballerina. Productos cariñosos con nuestros rulos y más cariñosos con el medioambiente que la mayoría de la cosmética disponible en esta gama. Por lo mismo, también son cariñosos con nuestros bolsillos. Que no se diga que la cosmética vegana y no testeada en animales es un asunto de élite, y que siempre hay que pagar de más. Ballerina es un gran exponente de que es posible democratizar el acceso y eso se agradece muchísimo.

Siempre pienso que me encantaría acortar el camino de algunas personas crespas a ese lugar de cariño, aceptación y manejo de los rizos. En ese sentido, el mensaje de Ballerina me interpreta: “No escondas ni limites tus ondas y rizos”. No más que los rulos son demasiado informales para usarlos sueltos en la oficina. No más sentir que mi pelo no debería llamar tanto la atención. No más sentir que los rulos son una carga inmanejable y un problema constante. 

Sí a los rizos definidos, fragantes, sanos y libres al viento. Sí a sentir orgullo de nuestros rulitos, impredecibles pero hermosos. La invitación está hecha: a cuidar y disfrutar de nuestros crespitos.

¡Nos leemos luego!