¡Saludos a todes! Soy Rocío y estoy encantada de estar aquí, compartiendo mi primera experiencia en el blog de la ONG Te Protejo.

Hace unas semanas, tuve la oportunidad de recibir un producto que era completamente desconocido para mí y este fin de semana, aprovechando que el invierno y el frío aún nos acompaña, decidí darme un lujo muy especial: me sumergí en un viaje sensorial a la Polinesia desde la comodidad de mi hogar. ¿Cómo lo hice?, con el increíble Monoï de Tahiti de la marca Anakena, que, si bien es popular por su uso como bronceador, quedé gratamente sorprendida al descubrir sus múltiples aplicaciones.

Un baño de bienestar

Comencé mi fin de semana de relajación llenando la tina, mientras dejaba que el Monoï repose en un recipiente con agua tibia para que se vuelva líquido. Agregué unas gotitas de este exquisito aceite y, de inmediato, mi baño se convirtió en un spa personal. El aroma de las flores de Tiare y el aceite de coco me envolvió, transportándome a las playas doradas de Tahiti.

El Monoï de Tahiti es increíblemente hidratante, y sentí cómo mi piel se nutría y suavizaba con cada minuto que pasaba. Me dejé llevar por la calma y la tranquilidad, y mi mente se despejó de todas las preocupaciones.

Tejiendo momentos de plenitud

Luego de esto, decidí pasar las últimas horas del día con mi pasatiempo favorito; el tejido. Me vestí con mi pijama favorito, el que tiene ovejitas (jiji) y me puse manos a la obra, mientras disfrutaba de una infusión calentita. ¡Tenía unas lanitas esperando por un rayo de inspiración! Mis piernas necesitaban un poco más de hidratación, así que apliqué una pequeña cantidad del Monoï en ellas. El resultado fue asombroso: mis piernas se sintieron más suaves e hidratadas al instante. Resumen: un fin de semana inolvidable

Mi experiencia con el Monoï de Tahiti fue realmente inolvidable. No solo transformó mi momento de baño y cuidado personal en rituales de lujo, sino que también me transportó a un rincón mágico del mundo.

Aunque el Monoï de Tahiti de Anakena es conocido por sus beneficios para la piel y el cabello, tuve que tomar una decisión personal debido a mi tipo de piel con tendencia al acné. Si bien este producto puede ser utilizado en la cara y el cabello para brindar hidratación y suavidad, decidí no aplicarlo en mi rostro para evitar cualquier posibilidad de obstrucción de los poros. A pesar de no haberlo utilizado en mi cutis, mi experiencia con su uso en mi cuerpo fue maravillosa y definitivamente puedo recomendarlo para esas áreas. Cada piel es única, y es importante ajustar nuestros productos de cuidado personal a las necesidades individuales de nuestra piel.

El compromiso de Anakena con la calidad y la ética es evidente en cada gota de este aceite. Saber que es un producto libre de testeo en animales solo aumenta mi amor por él. Así que, si estás buscando un escape sensorial sin salir de casa, te recomiendo probar el Monoï de Tahiti Tiare Anakena, búscalo en sus distintos puntos de venta en su página web. 

Te garantizo que te sentirás como si estuvieras en un paraíso tropical, ¡y tu piel te lo agradecerán!

Rocío