Leyes de Protección Animal en México
(En esta ocasión, les he preparado un texto diferente, espero que no les resulte muy tedioso, pero me parece sumamente importante. No quise involucrar demasiados tecnicismos ni especificaciones de leyes, pero si les interesa, pueden comentarlo y elaboraré un texto más específico. Gracias por leerme.)
Estamos en época de elecciones en México. Los ánimos están por los suelos, a diario lidiamos con noticias tristes y es difícil mantener las esperanzas... Pero también es época de reflexión y de cuestionar (aunque deberíamos hacerlo todo el tiempo, especialmente estas fechas). ¿Qué leyes nos hacen falta? ¿Cómo podríamos mejorar?
En México actualmente no tenemos un sistema de leyes que vele de manera idónea por los animales (ni por nosotros, pero bueno...). En algunos estados de la República se sanciona con multas a quienes maltratan animales domésticos, y en otros tantos se prohibieron las peleas de perros. En el caso de Jalisco, es interesante que se prohíban éstas, pero no las de gallos, sólo se exige que no “trabajen” más de ocho horas. Tampoco suele tratarse el tema de las corridas de toros, se ha postergado y en algunos estados de la república se considera “Patrimonio Cultural Inmaterial”.
En la Ciudad de México, Chihuahua y San Luis Potosí, Querétaro, Coahuila, Morelos y Guerrero se ha prohibido la explotación animal para lucrarse en circos y en la capital, recientemente, también en parques acuáticos.
Las leyes existen, pero la realidad no se apega siempre a ellas. En Guerrero está prohibido usar a los animales con fines de transporte, pero en las zonas turísticas aún se pueden ver las carrozas que son tiradas por caballos. Así como aquí se prohibe la venta de animales en vía pública, y todavía se pueden encontrar en las playas a personas vendiendo tortugas u otras especies capturadas del mar. ¿Cuántas veces más no hemos sido testigos de casos similares? Y ni hablar de los animales destinados al consumo, son los más ignorados y quienes viven y mueren en las condiciones más deplorables.
Por supuesto, aún falta mucho. La ley se contradice: está permitida la caza deportiva, la venta de animales aunque los criaderos involucren explotación; pero en la mayor parte de las entidades que cuentan con legislación para proteger a los animales, afirman que es deleznable maltratarlos, herirlos, explotarlos y matarlos.
La vivisección como práctica escolar está prohibida en varias entidades, a menos que no pueda ser recreado el aprendizaje de otra manera; mientras que en la Ciudad de México está prohibida sin excepción. Los estados que no cuentan con una legislación al respecto se rigen por la Ley Federal de Sanidad Animal (2007), donde dice que la experimentación requerirá que se reduzca al mínimo la cantidad de animales vivos utilizados. A mí parecer, ambas son ambiguas y, en mi experiencia, muchas son ignoradas.
El punto de reducir los animales que se emplean en la experimentación, es retomado en la NOM-062-ZOO-1999, donde se dan especificaciones técnicas para la producción, uso y "cuidado" de los animales de laboratorio. Es decir: experimentar con animales en México es legal, sólo se recomiendan algunas cosas como suministrar analgésicos y practicar la eutanasia cuando el animal está sufriendo demasiado. ¿Eso es en realidad ético? ¿Acaso sirve de algo? Mientras la mayoría de los defensores de dichas prácticas abogan por decir que es "un mal necesario", me remito a una simple realidad: hay alternativas, más eficaces, éticas y económicas. Y aunque no las hubiera, ¿no sería necesario buscarlas? Cuando ante la ciencia se presenta un obstáculo, los interesados buscan soluciones. Si no las han encontrado, no es porque no las haya, es porque no les interesa en realidad.
Como mencioné anteriormente, a simple vista puede no parecer una prioridad. Sin embargo, es bien conocido el impacto social que tiene la violencia contra los animales; quien es violento con ellos, lo es con otros seres humanos. Muchos asesinos seriales han empezado torturando animales, demostrando carencia de empatía. Así que, sí, es un tema que debe tratarse no sólo urgente, sino efectivamente, pues en muchas ocasiones, aunque existan leyes, pareciera que no hay ninguna: que sólo existen en el papel.
Lo que, se podría decir, da esperanza ante todo lo mencionado, es la modificación que hizo el Senado de la República de la Ley General de Salud y la Ley Federal de Sanidad Animal que prohíbe las pruebas cosméticas en animales, así como la fabricación, importación y comercialización de productos que hayan sido probados en animales. Además, se establece una pena de dos a siete años de prisión y multa equivalente de 200 a dos mil veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) a quienes sean participen, autoricen o desarrollen pruebas cosméticas en animales.
Con esto acontecimiento esperamos que, al menos en esta área, se respete la vida y derecho de los animales. Evitar el daño y la muerte de estos seres es una tarea tanto de autoridades como de las personas.
Por ello, es nuestra responsabilidad denunciar. Puede ser complicado, pero es nuestro deber exigir que las leyes sean cumplidas. Y no sólo eso, no permanecer indiferente también involucra exigir lo que seguimos necesitando, difundir y animar a otros a llevar un estilo de vida libre de crueldad. No sólo es criticar a quienes golpean o abandonan perritos, también se trata de buscar un cambio, empezando por nosotros mismos.
Hoy, más que nunca, #ViveCrueltyFree.
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