Este será el primer post de muchos que quisiera poder compartir con ustedes. Mi nombre es Rocío O., soy médico veterinaria, aficionada a la fotografía y escritura (tengo un blog personal), peruana, casada y con tres hijos (una humana y dos felinos). Vivo en Lima, muy cerca al mar, junto a mi familia. Creo que los grandes cambios empiezan por cada uno, sin esperar a que el mundo cambie. Tú haz lo correcto, sé parte del cambio.

Mi amor por los animales no nace específicamente por mi profesión, sino gracias a Gala y a Astor. Gala fue una perrita que se cruzó en mi vida el día de mi cumpleaños número 25 y que por circunstancias del destino, que hasta ahora lamento, no pudo quedarse conmigo. Astor es un gato que vive con nosotros, quien me ha enseñado que un animal es más que eso y puede transformarse en parte importantísima de tu vida y que por ese amor mutuo, se pueden romper las barreras ínter especies y ser pares. Creo firmemente que los animales pueden convivir en el mundo junto con nosotros y por eso merecen un trato digno y respetuoso. Creo también que estas convicciones se deben defender con bases científicas y coherentes, apelando al sentido común y no con fundamentalismos ni mucho menos con sentimentalismos.

Gracias a estas convicciones, surge en mí la necesidad de poder compartir información que ayude a generar conciencia en las demás personas y aminorar en algo el sufrimiento animal.

A veces, nos enfocamos solo en evitar el sufrimiento animal, buscando hospedaje a animales sin casa, apoyando y promoviendo la adopción de perros y gatos callejeros, impulsando las campañas de esterilización, no consumiendo carne de animales y cambiando nuestra dieta a una vegetariana o vegana y nos olvidamos que detrás de los productos cosméticos y de aseo personal que utilizamos a diario (inclusive los productos médicos, pero ese es otro tema), se esconde una industria que utiliza animales para experimentación y no aplica necesariamente las mínimas medidas de humanidad y bienestar animal.

No es fin de este post describir cuáles son esas prácticas, basta con decir que son crueles, tan crueles, que me hicieron decidir que ya no quería usar más aquellos productos que utilizan animales en sus pruebas. Adiós Maybelline, adiós L’oreal, adiós M.A.C., adiós Pantene, adiós Johnson & Johnson… y la lista es larga.

 Pero hay buenas noticias.

Existen compañías que no prueban sus productos terminados ni sus materias primas en animales, sino en humanos voluntarios. Estas compañías se encuentran en los listados oficiales de PETA y Leaping Bunny, ONG’s internacionales que luchan día a día para que este maltrato termine. Decidir usar estos productos, es mi grano de arena.

Estas listas se encuentran actualizadas con productos que se fabrican y/o comercializan básicamente en Estados Unidos y Canadá, por lo que se hace difícil el poder tenerlos todos disponibles en Latinoamérica y especialmente en Perú.

Precisamente en esa búsqueda, debido a que en Perú no hay listas oficiales, empecé a revisar los productos y verificar cuáles de ellos se encuentran disponibles aquí y así generar mi propia lista con el fin de publicarla en mi blog. En esa búsqueda, me topo con la página web de ongteprotejo.com. Había leído anteriormente varios listados pero me parecían bastante desactualizados, contrariamente a los de Te Protejo. Algo que también me llamó la atención es que contestaban todas y cada una de las consultas que se generaban a partir de sus posts y eso me hizo sentir confianza en el portal. Me animé a realizar una consulta y la respuesta la obtuve al día siguiente. Es así como me conecto con los administradores del portal y me ofrezco voluntariamente a querer colaborar con su proyecto de ser una organización conocida y reconocida a nivel latinoamericano. Les comenté que también creía necesario tener los listados oficiales en otros países, y que me gustaría poder empezar el listado en Perú. La idea les cayó súper bien y me ofrecieron ser bloguera del sitio y empezar poco a poco. Acepté gustosa y aquí me tienen.

Hasta el siguiente post!

Por Rocío O.