¿La Regulación es compatible con la certificación cruelty free?

En esta nota te explicamos cómo la regulación y la certificación se complementan, y por qué conocer la normativa de cada país es clave para avanzar hacia una industria cosmética libre de crueldad animal.
Cada vez que se inicia un proceso de certificación junto a Te Protejo, se consulta a las empresas qué tipo de productos comercializan y en qué países los venden. Esta información es esencial para realizar un análisis inicial y evaluar si es factible avanzar en la obtención del sello libre de pruebas en animales.
Conocer esta data permite revisar la legislación vigente en los países donde se producen o comercializan los productos. Además, se analiza si esa normativa exige testeo en animales para ese tipo de producto. Omitir este paso podría llevar a errores importantes.
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Un caso concreto: cuando la regulación impide la certificación
Hace unos años, una empresa con presencia internacional solicitó certificar productos de aseo para el hogar. Al revisar su lista de productos y países involucrados, se identificó que algunos desinfectantes vendidos en Perú estaban sujetos a un test inhalatorio en ratas, una prueba sin alternativas validadas al uso de animales.
De no haberse verificado esta normativa, el testeo habría pasado desapercibido. A menudo, estas pruebas son realizadas por laboratorios externos, por lo que ni siquiera los equipos internos de la empresa están al tanto.
¿Qué se hace en estos casos? ¿No hay forma de evitar el testeo en animales? En ese caso, lamentablemente, la empresa no pudo continuar con la certificación. Sin embargo, se abre una oportunidad para dialogar con las autoridades y promover cambios regulatorios. Desde Te Protejo, valoramos el interés de las empresas en avanzar hacia prácticas más éticas, ya que reflejan un cambio en la industria.
¿Qué factores se analizan al evaluar la viabilidad de certificar?
-Tipo de producto: revisar la regulación de cosméticos, productos de aseo, dispositivos médicos, etc.
-Países de producción y comercialización: Se evalúan normativas de importación/exportación y tratados internacionales.
-Pruebas de seguridad exigidas: Se determina si la normativa exige pruebas en animales y si existen métodos alternativos disponibles. En caso de que no los haya, el producto no puede ser certificado.
Certificación y regulación: ¿se oponen o se complementan?
Sí, son perfectamente compatibles y se refuerzan mutuamente. Las regulaciones varían según el país y muchas contemplan excepciones (como cruce con otras industrias o ausencia de métodos alternativos). La certificación, en cambio, analiza toda la cadena de suministro —producto e ingredientes—, lo que permite garantizar la ausencia total de testeo en animales.
Un ejemplo claro es la Unión Europea: aunque se prohibió el testeo animal en cosméticos desde 2013, la certificación sigue siendo relevante porque hay aspectos que la legislación no cubre. Reconocidas organizaciones certificadoras como Cruelty Free International han trabajado de la mano con las autoridades para implementar estos cambios, lo que es un claro ejemplo de cooperación y compatibilidad.
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¿Qué elementos no contempla la regulación?
La legislación de cada país solo regula lo que ocurre dentro de su propio territorio, lo que deja fuera muchos aspectos importantes. Por ejemplo, numerosos ingredientes pueden provenir del extranjero y estar sujetos a normativas distintas. Además, existen tratados internacionales que facilitan el comercio entre países con legislaciones opuestas, permitiendo que convivan normativas que prohíben el testeo en animales con otras que lo exigen. Por eso, aunque una marca no realice pruebas en un país como España, puede comercializar sus productos en territorios donde la legislación sí las requiere, como ocurre en algunos casos en China para ciertos cosméticos.
¿Qué tan efectiva es la fiscalización estatal?
Los productos cosméticos son controlados en varias etapas: autorización sanitaria, fiscalización del cumplimiento de la norma y vigilancia post autorización del registro.
Cada regulación establece su procedimiento para la emisión de la autorización sanitaria y los procesos de fiscalización, como también hay que hacer presente que las prohibiciones de pruebas en animales con fines cosméticos consideran etapas de adaptación del mercado como también requieren actualización de los procesos para ajustar la norma existente a esta nueva incorporación, debiendo dictar las disposiciones correspondientes para el ajuste legal.
Las leyes establecen que las empresas deben asegurar su cumplimiento, y en caso de infracción, pueden recibir sanciones. Las prohibiciones de testeo animal requieren también actualizaciones legales y adaptaciones del mercado.
El valor de la certificación: respaldo ético y técnico
Es difícil para las autoridades controlar todos los procesos, sobre todo en empresas con registros vigentes. Aquí entra el rol activo de la certificación: garantiza que las marcas cumplen con las normas y también que responden a las exigencias éticas de sus consumidores. Es entonces que la certificación sigue siendo relevante, pues garantiza que las empresas están cumpliendo con la normativa como también para asegurar a los consumidores que están en línea con las exigencias éticas que optan al adquirir sus productos.
La regulación y la certificación no solo son necesarias, sino que se complementan y fortalecen mutuamente. Por eso, en Te Protejo impulsamos una industria cosmética verdaderamente cruelty free desde nuestras áreas de Incidencia y Certificaciones.
¿Te interesa conocer más sobre el proceso de certificación? Escríbenos a [email protected]. Y si quieres saber qué marcas ya cuentan con certificación oficial, revisa nuestros listados actualizados.
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