TROCALIFE: Amor a primer aroma y a primera vista también
El mundo de los emprendedores es, emprender un camino inclinado y muchas veces desconocido para quien tenga la valentía de transitarlo. Encontrar las maneras de resignificar un acto tan cotidiano en la vida del ser humano, como es el lavado de manos, una actividad incluso vital luego de una pandemia mundial, fue el desafío que Paulina y Rodrigo aceptaron al crear esta nueva línea de jabones sustentables y amables, tanto para nuestra piel como para nuestro ecosistema.
En un viaje de placeres y buscando nuevos horizontes, nace este hermoso proyecto que involucra la participación directa de nuestros sistemas sensoriales, llevando un paso más allá el acto de higienizar nuestras manos. La verdad es que, como partícipe de toda esta experiencia, cada vez que me lavo las manos con mis nuevos jabones, puedo detener por dos minutos mi día para darle un pequeño descanso placentero a mi mente y cuerpo.
Trocalife, es una palabra compuesta de dos idiomas, qué juntos, unen nuestra cultura hispánica con la evolución de lo universal y por consecuencia, resultan estos hermosos jabones. “Troca” que en portugués brasileño significa “cambio” y “life” que en inglés significa “vida”, es la propuesta que sus creadores quieren compartir desde el norte de Chile hasta el vanitorio de nuestros hogares, incluyendo en su uso, el perfil de todos los integrantes humanos de una familia.
La verdad es que la experiencia al contacto con el agua y mi memoria olfativa, me llevaron a muchos de los momentos de mi infancia, cuando mis manos eran más pequeñas y comenzaba a reconocer y contemplar tan maravillosas frutas como es la mandarina y el maracuyá. ¿Cuántos aquí no nos hemos dado el trabajo de pelar una mandarina hasta sacar por completo los filamentos de albedos que siguen de su cáscara? Ahora, siendo adulta, podía sentir y jugar a apretar la fruta sin dejar un gran desastre o perder el cítrico. Me lo pasé increíble lavándome las manos. Encima, su perfume impregnado en mi piel por horas, me permitían dar caricias a mis amores que exigían un poco más de contacto por lo agradable del aroma.
Así mismo, la forma tan realista del maracuyá me recordó una etapa más adolescente, en que el perfume de esta fruta acompañaba mis días fríos en el invierno Santiaguino, mientras nostálgicamente intentaba recordar y aferrarme a los días de verano en el norte grande de Chile con mi familia. Una emoción, así como leen, muy adolescente.
Ahora que soy adulta y profesional de la estética de las manos y uñas, he aprendido la importancia del cuidado de la piel, siendo este, el órgano más grande del ser humano. He visto y también he experimentado el daño que causan los jabones altos en detergentes y otros agentes desinfectantes, además de que soy madre de un niño con dermatitis atópica y tengo que considerar un montón de cuidados al momento de elegir este tipo de productos.
Con el tiempo he aprendido a elegir jabones que hagan la espuma suficiente para no desequilibrar tanto el pH de la piel, además de considerarlos por su cadena de valor, como en este caso, por sus formas tan realistas y perfumes tan deliciosos que ayudan a romantizar todos estos actos cotidianos que hacen nuestra vida un poco más feliz.
No sabía que necesitaba tanto este producto hasta que lo tuve en mis manos y desde esa vereda nostálgica hasta mis propios estándares profesionales, quiero recomendarte a ti, lector, darle una oportunidad a esta increíble experiencia sensorial, segura y amable con nuestro cuerpo y con nuestro ecosistema.
Trocalife cuenta con resolución sanitaria y registro en ISP (instituto de salud pública), lo que lleva a este emprendimiento un paso más allá. Es un producto y una experiencia redonda, les prometo que no se van a arrepentir.
Cuando ya tengas tu producto en tus manos, cuéntame cómo te va.
Un abrazo gigante y gracias por leer.
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