noticias |Publicado el 18-07-2019

Lo que no sabías de The Body Shop

The body Shop es la primera compañía de cosméticos elaborados a partir de producto naturales, llegando a posicionarse como la marca pionera en productos libres de químicos y testeo animal. Sin embargo, hay muchas anécdotas de su historia que probablemente no conoces, y que te invitamos a descubrir aquí. 

Anita Roddick, fundadora de The Body Shop, nació en 1942 en Littlehampton un pueblo en la costa de Inglaterra. Desde pequeña sintió una indignación moral que la convirtió en activista de movimientos sociales y ambientales. Mientras estudiaba en la universidad, tuvo la oportunidad de hacer un viaje alrededor del mundo, el que le permitió abrir sus horizontes y descubrir que existía un mundo con diversos ecosistemas y cosmovisiones. Esto fue clave, porque pudo conocer ingredientes y rituales de belleza de distintas partes del mundo, y la hizo entender lo diferente que son las culturas y cómo las necesidades cambian según el lugar donde uno se encuentra.

En un momento, por razones económicas, se vio en la obligación de desarrollar un negocio. Ser empresaria no era una idea que le fascinara, porque veía que muchos estaban dispuestos a hacer cosas incorrectas por tener más ganancias, como contratar a personas o niños en malas condiciones, con sueldos muy bajos o destruir ecosistemas. Pero rápidamente descubrió que en realidad esto no tenía por qué ser así.

Como le gustaba la cosmética, decidió abrir una tienda de productos de cuidado de la piel y el cabello, con el fin de mostrarle al mundo que los negocios podían ser una fuerza para el bien, disminuyendo el impacto negativo en las personas y el medio ambiente. Así, en 1976 nació The Body Shop con productos de origen natural, creados por ella de forma sustentable (aun cuando la sustentabilidad no era tema en ese tiempo). La compañía empezó a crecer y a tener éxito, abriendo filiales en distintos países del mundo.

Cuando Anita alcanzó cierto éxito, pudo dedicarse a lo que realmente le apasionaba, y comenzó a usar sus tiendas como medio de comunicación de activismo. La primera gran campaña fue junto a Greenpeace, para terminar con el uso del esperma de ballena para uso cosmético, potenciando el uso de ingredientes alternativos como el aceite de Jojoba. Desde entonces, The Body Shop se ha pronunciado respecto de numerosos temas como la no violencia contra la mujer, los derechos humanos, el cuidado del medio ambiente a través de iniciativas como la construcción de biopuentes, el tráfico sexual, entre muchos otros.

Otra de las grandes batallas que dio Anita, y que sigue siendo motivo de lucha para The Body Shop hoy, es aquella contra el testeo animal. El hecho de que ninguno de los productos de la marca haya necesitado pruebas en animales desde sus inicios, demuestra que no es necesario y que existen alternativas.

En 1989 comenzó la primera campaña para terminar con esta práctica, siendo esta la primera empresa internacional de cosmética en luchar por esta causa. En el camino, se han logrado grandes cosas: En 1998 el gobierno de Reino Unido prohibió la experimentación de productos e ingredientes cosméticos en animales; en 2003 se contribuyó a que la prohibición de los test en animales en la Unión Europea fuera una realidad; en 2013 fue parte de la campaña que logró la prohibición de la Unión Europea de vender e importar productos e ingredientes cosméticos testeados en animales; y en 2018, se desarrolló una petición junto a Cruelty Free International que alcanzó las 8 millones de firmas en el mundo, la que fue presentada a la ONU con el fin de solicitar una prohibición global de la experimentación en animales con fines cosméticos de una vez y para siempre. Hoy la marca sigue trabajando para hacer de esto una realidad a nivel mundial. 

Por otra parte, otro de los grandes aportes de la marca, es su programa de Comercio Justo. Este busca no solo dar un pago justo o ético por los ingredientes o productos que los proveedores entregan, sino con algunos de ellos ir un paso más allá y contribuir en el desarrollo de sus comunidades. Un ejemplo de esto es la alianza con la Asociación de Mujeres de Manteca de Karité Tungteiya, en Ghana. Son mujeres que procesan las nueces de karité manualmente, usando técnicas tradicionales que han pasado de generación en generación. Gracias a esta alianza que este año cumple 25 años, Tungteiya invierte en proyectos comunitarios de sanidad, saneamiento, acceso a agua potable y educación, que benefician a cerca de 49.000 personas cada año. Esto además ha significado un gran empoderamiento de las mujeres en sus comunidades, dándoles voz y participación. 

Otro ejemplo, es la última alianza que se lanzó de Comercio Justo, con la comunidad de Bengaluru en India, para la obtención de plástico. Esta iniciativa busca visibilizar no solo la crisis medioambiental que produce el plástico, sino también aquella dimensión humana de la que pocas veces se habla.

La situación del plástico en el mundo se hace insostenible y su efecto en los océanos, es conocido y preocupante. Sin embargo, hay cerca de 3 billones de personas que no cuentan con un sistema formal de desechos, casi la mitad de la población mundial. Esto ha llevado a que, además de los problemas de salubridad relacionados, exista una economía informal de recolección de residuos. Los recolectores de basura, que en su mayoría son personas marginadas, en situación de pobreza y donde gran parte está compuesta por mujeres, trabajan en pésimas condiciones. Aun cuando estas personas tienen un rol clave, ya que trabajan como una barrera que impide que más desechos lleguen a los ríos y océanos. Con esta comunidad de Comercio Justo, el objetivo no solo es evitar la introducción de más plástico en el mercado a través del uso de plástico reciclado en sus envases, sino que también apoyando a quienes trabajan en evitar que estos residuos lleguen al mar; entregando condiciones laborales óptimas y seguras, con ingresos estables y acorde a la labor que se trabaja. 

https://www.youtube.com/watch?v=tKEkkolqoTw

Todo esto, sin dejar de lado la excelente calidad de sus productos y el uso de ingredientes naturales en todos ellos. Anita fue pionera en formatos, aromas e ingredientes, creando hace más de 25 años la Body Butter. Hoy las mantecas corporales están presentes en todas las principales marcas de belleza. The Body Shop se ha propuesto seguir haciendo lo mismo, y es por esto que el año pasado lanzó sus Body Yogurts, una nueva textura de hidratante corporal, que se absorbe en solo 15 segundo e hidrata por hasta 48 horas. La intención es responder a las necesidades de hoy, de forma juvenil, atractiva y exquisita como siempre.

Sin duda los valores de The Body Shop han sido firme desde sus inicios, lo que la ha transformado en una compañía consciente con los animales, los derechos humanos de las comunidades explotadas y el planeta, entregando a sus usuarias(os) la satisfacción de sentirse bellas(os) y cuidadas(os) sin causar destrucción en otros.

Para más información puedes ingresar a su sitio web.