Hasta hace unos días, estaba convencida que en Colombia la conciencia de comprar productos libres de crueldad animal era muy poca, pero luego de unas semanas viviendo en Barcelona (ESP), me doy cuenta que no estamos tan mal después de todo. Aproveché que estoy estudiando en esta ciudad para hacer un poco de trabajo de campo y comparar cuanto saben y les importa si una marca experimenta o no con animales, la verdad con algo de decepción.

Tengo la suerte de haber viajado a algunas ciudades del mundo y por esto me atrevo a afirmar que irónicamente Estados Unidos (y lo digo porque la FDA tiene unas políticas muy rígidas en cuanto a los experimentos con animales, sobre todo si es para la industria farmacéutica) y Alemania son los más informados en el tema, además de tener una oferta variada de marcas cruelty-free disponibles en sus mercados.

Bueno, luego de haber dado unas vueltas por las tiendas de esta ciudad y de buscar en Google (solo tienes que escribir la marca que quieres y la ciudad en la que estas para que aparezca donde encontrarla) es importante contarles y aclarar algunas dudas:

1. Sephora no es una tienda ni una marca cruelty-free como algunas personas me preguntan. En las tiendas que yo he visitado venden unas pocas marcas certificadas como: Urban Decay, Smashbox y Kat VonD, pero las demás son marcas vetadas por tener estas prácticas.

2. Las marcas locales independientes siempre son una buena opción, sobre todo en países europeos hay algunas que son veganas y no venden en China.

3. También existen muchas marcas de cosmética natural, productos con una apariencia artesanal, en empaques y envases muy básicos que dan la sensación de haber sido fabricados en la cocina de nuestra propia casa. La verdad no he probado ninguno hasta ahora, pero me dan muchas ganas de hacerlo. No me cabe la menor duda de que no son probados en animales.

4. Todavía existe el fantasma de confundir los productos ecológicos, naturales y/o orgánicos con los que no experimentan con animales. No entiendo que tiene que ver honestamente, para mí es muy claro. Además, muchas marcas afirman ser la panacea de lo natural y sin químicos, pero en mi opinión este es un discurso un poco trillado en el mercado.

5. También existen sellos de conejos no oficiales. Hace unos días una vendedora de un almacén muy lindo y elegante me arrastró prácticamente al interior a mostrarme muchos productos que ostentaban un sello no oficial de no probado en animales y bueno como casi siempre suele ocurrir, cuando le expliqué por qué no podía comprarlos me miro con cara de pocos amigos y yo ¡claro!, salí disparada de allí.

Pero bueno, los primeros días después de caminar un poco por la ciudad he podido conseguir algunas marcas certificadas como Jane Iredale y como alternativa de marca local independiente esta pasta dental vegana, el jabón de cuerpo y el cepillo de dientes. Además, Paul Mitchell, que únicamente la venden en 4 peluquerías en toda la ciudad pero que finalmente conseguí. Aunque no las he comprado aún, también encontré Wet and Wild, Physician Formula y Essence.

Ahora ya estoy más familiarizada, además de haber conocido muchos restaurantes vegetarianos y/o veganos deliciosos, compré esta crema de manos de Mon (marca no comercializada en Colombia), el desodorante y el bloqueador solar de Naay y este tratamiento de uñas y manos de The Body Shop, que en el 2017 se quitó la sombra de la gigante francesa L’Oreal al ser vendida a la firma brasileña Natura Cosméticos.

Bueno, voy conociendo más sobre las alternativas que puedo conseguir en esta ciudad con la mejor disposición de todas, pero al igual que en Colombia creo que las marcas cruelty-free siguen siendo un nicho en el mercado y cuando alguna vendedora te asegura que L’Occitane, Clarins o Caudalie no experimentan en animales, ahí si como decimos en Medellín: ¡apague y vámonos!

Gracias y hasta la próxima.