Como profesional de la Nutrición y la Dietética, me preocupa  ver como últimamente, las personas están tan ocupadas y preocupadas de los macronutrientes, como "aumento" de proteínas y "reducción" de carbohidratos. Sin embargo, un déficit de micronutrientes, podría hacerte pasar una muy mala pasada.

Hoy nos detenemos especialmente en el omega 3, un nutriente esencial, que tiene funciones fundamentales en nuestro organismo, sin embargo, debemos adquirirlo a través de fuentes externas, como la alimentación y/o suplementos. 

Existen tres tipos de Omega 3, el DHA que esta presente en cerebro y actividades cognitivas, y el principal ayudante en evitar enfermedades degenerativas, el EPA que está principalmente a nivel cardiovascular, y provoca un importante efecto antiinflamatorio. Estos utilizados en conjunto, tienen estudios concluyentes de mejora en enfermedades de salud mental y reducción de accidentes cardiovasculares. Por último, se encuentra el tipo ALA, que es beneficioso para modificar el colesterol en la sangre y reducir riesgo cardiovascular.

Las fuentes de Omega 3 son bastante controversiales, sin embargo, existen fuentes vegetales, como semillas de chía y linaza y frutos secos, que están presentes en aceites, los cuales deben ser cuidados de la luz y estar firmemente tapados. Las fuentes más confiables son las del mar, donde las algas son el que menor cantidad podrían ofrecer, por lo que aumentar su consumo sería beneficioso, y el huevo de gallinas de pastoreo.

Es fundamental poder incorporar los diferentes tipos de Omega 3 (EPA/DHA/ALA), y procurar no confundir con las fuentes de Omega 6 y 9, que tienden a estar cubiertas y en exceso podrían interferir en tus niveles de Omega 3. 

Es una realidad que el Omega 3 que viene de fuentes animales se absorbe mejor por el organismo humano, pero si tu eres vegan@, o quieres intentar consumir a través de otras fuentes, es necesario buscar un suplemento a base de fuentes vegetales que complementen tu alimentación diaria de frutos secos, semillas, algas y aceites. 

Si has sentido que tu pelo se cae más de lo normal, que tus uñas tienen surcos o están débiles, tu visión está extraña, te cuesta concentrarte o te ha costado mucho salir de una depresión (puede influir el omega 3 en algunos casos), es momento de mejorar tu consumo de Omega 3, y verás como poco a poco te sientes mejor. 

Invertir en tu nutrición es asegurar una mejor calidad de vida para el mañana. 

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