Hablemos de moda en el Día de la Tierra
En el día de la tierra, hablemos de moda. Porque la industria de la moda o fast fashion, crece y crece para generar un daño cada vez mayor a ecosistemas y comunidades en muchos países del mundo. El poder de cambiar esta realidad es nuestro.
En el calendario internacional hay 1.043 días internacionales de los cuáles solo 335 son oficiales, es decir, reconocidos por un organismo internacional, generalmente la ONU. Finalmente es una bolsa de gatos donde aparecen desde el Día de la Enfermedad de Chagas, hasta el Día Mundial de Concienciación sobre los Tsunamis. Entre ellos está uno de mis favoritos: el Día de la Tierra que se celebra hoy, 22 de abril.
Como la problemática del medioambiente es una de las más brutales, urgentes, diversas y complejas que existen, en este día preferí hablar de algo un poco más específico que está poniendo en peligro ecosistemas, comunidades y recursos de todo el planeta: la moda rápida o fast fashion.
También me parece importante, que este fenómeno global y masivo se relaciona directamente con el impacto del consumo, o con el poder ciudadano de transformar la realidad. Así como quienes hemos optado por alimentarnos con plantas hemos transformado el mercado de la comida aceleradamente, impulsando desarrollos tecnológicos, nuevos y cada vez más accesibles para esta nueva demanda, podríamos hacer lo mismo con la industria de la moda.
Quizás falta visibilizar más la cruda realidad detrás del fast fashion. Así como miles de animales sufren y mueren angustiados en los mataderos, miles de mujeres trabajan horas y horas por 2 dólares en Bangladesh y Cambodia, en condiciones peligrosas. Así como el bosque amazónico es arrasado para las plantaciones de alimento vacuno, los cursos de agua son contaminados con tintura de blue jean y cuero en India y China.
¿Por qué hablar de fast fashion en el Día de la Tierra? Porque la moda está impactando en el medio ambiente dado a su altísimo consumo que requiere de una alta producción, lo cual exige un uso intensivo de recursos naturales: suelo, agua, emisiones, desechos… La industria de la moda contribuye con el 10% aproximado de las emisiones de dióxido de carbono a nivel mundial, ¡es muchísimo!
Tan solo en un año se usan 93 mil millones de metros cúbicos de agua en la producción textil, y de toda la ropa fabricada en un solo año en todo el mundo, el 73% termina eventualmente incinerada o en basureros en menos de tres años. (y yo pensé que la cifra “⅓ de la comida que se produce termina en un basurero” era alta)
En Chile, se ha visibilizado hace algunos años un vertedero textil en el desierto de Atacama, cerca de Iquique. La ropa de este lugar no solo proviene de los retail de Chile, si no que también de otros países, siendo básicamente un vertedero internacional. Este fenómeno tiene un impacto ambiental devastador por los químicos que la ropa contiene y están contaminando el aire y el suelo, además de ser un foco de vectores infecciosos. Asimismo, está el riesgo de incendios, ya que es cada vez más alto el contenido plástico de la ropa, por ende cada vez más inflamable. Es un desastre medioambiental de proporciones brutales.
La industria textil reformuló recientemente su sistema de temporadas, que solían ser 4 (otoño, invierno, primavera, verano) o incluso 2 (primavera-verano y otoño-invierno) a 52 temporadas (una por semana). Lo que compraste la semana pasada ya no está de moda, hay que ir por más. No hay mejor expresión del sobreconsumo que rige a este sector de la economía.
La única forma de romper este ciclo es forzando a la industria a cambiar a través de nuestros hábitos. Cuidemos nuestra ropa, compremos con la seguridad de que las prendas serán lo más inmunes al paso del tiempo posible. Compremos prendas de calidad, prendas que usaremos, prendas que garanticen estándares de fabricación que atenúen algo del impacto de su fabricación en comunidades y ecosistemas. Compremos ropa usada.
Así como estamos cambiando la industria cárnica con urgencia, podríamos cambiar la industria textil con el mismo ímpetu. La Tierra lo está pidiendo a gritos.
En este Día de la Tierra, yo quise escuchar ese grito y amplificarlo. A continuación recomiendo algunos contenidos que pueden ayudar a comprender la magnitud de este llamado, y cómo convertirse en agente de cambio transformados. Es un cambio tan necesario como urgente, incluso quizás, obligatorio.
1. El documental “The True Cost” (personalmente uno de mis favoritos) nos ayuda a entender mejor la industria del fast fashion y la magnitud de su impacto. Ya no está en Netflix pero sí en Stremio. ¡Muy recomendado! Después de verlo no podrás volver a comprar en H&M.
2. El episodio “De la tienda al vertedero: ropa descartable en el desierto de Atacama” del podcast El Hilo. Para entender cómo el desierto de Atacama en Chile terminó siendo otra víctima del fast fashion.
3. La cuenta @fash_revchile, representante oficial en Chile del movimiento global Fashion Revolution, iniciativa que busca promover la transparencia, la sostenibilidad y la ética en la industria de la moda. Gran guía de eventos y contenidos asociados a la Sustainable Fashion Week o Semana de la Moda Sostenible.
Nos leemos luego, un abrazo :)
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Gabriela Roldán Luna Dice:
Muy bien
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