Cuando recibí estos productos de Guava Baya, desde el primer momento sentí que había comenzado a vivir una experiencia. La caja en la que venían estaba llena de contenido que me transmitió desde el primer momento mucho cariño por la cosmética y por los productos. Además, la caja desprendió al abrirla un aroma delicioso que me dieron ganas de sentir en mi piel… Imposible ocultar que soy una nueva Guava Baya lover.

Un poco sobre esta marca: desde Puerto Varas, desarrollan cosmética capilar, facial y corporal usando ingredientes naturales. Sus productos cuentan con todas las características que, al menos yo, creo que un producto cosmético debiera tener: empaque ecológico, fórmulas libres de siliconas, parabenos, alcoholes, colorantes y sulfatos, insumos provenientes de comercio justo, además de mis dos sellos favoritos: vegano🌿💚 y libre de crueldad🐰💖.

La filosofía de Guava Baya se centra en cuidar y preservar el medio ambiente mientras ofrecen productos de alta calidad comprobada científicamente. Esto se expresa no solo en la calidad percibida de los productos, si no también en una estética super cuidada y atractiva. Es hermoso el arte floral del packaging y de todo el contenido que acompaña los productos. Una de las estrellas de estas formulaciones es la murta, una baya endémica de nuestra Patagonia con un montón de propiedades que la hacen un excelente ingrediente cosmético.

La murta o murtilla, es rica en antioxidantes, antiinflamatorios y antimicrobianos que protegen la piel del daño oxidativo, reducen la inflamación y previenen infecciones. Además, hidrata y promueve la regeneración celular, mejorando la hidratación y cicatrización de la piel. ¿Soñada o no?

Probé este kit de 3 productos faciales con extracto orgánico de murta: crema hidratante, mascarilla nutritiva y espuma de limpieza. La mascarilla y la crema tenían el título de antiedad, concepto con el que no comulgo mucho. No creo en la tendencia actual que no valora la belleza de las arrugas, manchas y demás rasgos que van adquiriendo las pieles irremediablemente con los años. Pero dejando eso de lado, me parecieron productos nutritivos, naturales, suaves, aromáticos, amables con la piel y de fácil aplicación. Ideales para todo tipo de pieles y para quienes les cuesta establecer rutinas cosméticas.

Sobre la estrella: espuma de limpieza facial 

Envase de 150 ml. y mi producto favorito del kit. Mi sensación con las espumas es que si bien son espumosas en las manos, pierden ese efecto suave al aplicarse en la cara y se hace necesario usar más, o no siento que se está limpiando mi piel. Esta espuma en cambio mantiene la textura espumosa que permite masajear el rostro y sentir la aplicación suave y efectiva. El aroma es delicioso, tiene una dulzura que me encantó y que se queda un rato después de la aplicación, pero no demasiado. Además de la murta contiene bisalobol, hamammelis y otros limpiadores de origen vegetal que hacen bien su pega.

Después de la aplicación la piel se siente limpia y muuuuy  suave. Se hace necesaria la hidratación, pero no tanto como con otros jabones más abrasivos que te dejan tiesa. Perfecta tanto para iniciar una mañana revitalizada, como para relajarse antes de dormir.

Sobre la crema facial nutritiva antiedad

Textura maravillosa, me resultó exquisita de aplicar. Confieso que soy exigente con las cremas de cara y esta reunía varios de los requisitos que me gusta encontrar: la textura es suave, de muy fácil aplicación y absorción, sin dejar la cara grasosa o brillante. El envase procura una fácil aplicación y permite tanto dosificar la cantidad necesaria como aprovechar hasta el último conchito de producto. El aroma es delicioso, tan delicioso que hubiera querido que se quedara más tiempo en mi piel. También contiene aceite de almendras que es un ingrediente que personalmente adoro.

Sobre la mascarilla facial nutritiva antiedad

No tengo mucha experiencia en mascarillas, por lo que mis parámetros de comparación son limitados, pero me pareció un buen producto. Lo que más me gustó fue la propuesta de hacer algo más por tu rostro que la aplicación cotidiana de los productos de limpieza e hidratación. Está bueno hacer un alto y aplicar algo más lento y dedicado, que te obliga a esperar por lo menos 20 minutos -a veces hasta almorzamos en menos de 20 minutos- entre la aplicación y el retiro.

Junto con la maravillosa murta, la pega la hacen el ácido hialurónico, hamammelis, aceite de coco, oliva, almendras y manteca de karité de la fórmula. Puros ingredientes que quisiera sobre mi piel. 

El proceso es un poco mas abrasivo que la limpieza del jabón. Se siente el retiro de impurezas, y después del enjuague se hace super necesaria la hidratación. La idea es aplicarlo máximo 3 veces a la semana, quedé con ganas de observar los resultados después de un uso semanal prolongado por un par de meses.

Conclusión: gracias Guava Baya, amé el kit facial. Son productos que tanto nuestra piel como el mundo necesitan. Me alegro de haberlos probado y recomendarlos para incrementar el consumo de cosmética de producción local, ecológica, responsable y natural como esta.

¿Conocías esta marca? ¿Has probado los productos? ¡Cuéntanos tu experiencia!

Nos leemos, un abrazo 🥰