articulos |Publicado el 07-07-2023

¿Por qué celebrar el Día Internacional de la Conservación del Suelo?

El 7 de julio se celebra el Día Internacional de la Conservación del Suelo, conoce acá porqué se celebra, porqué es importante, y qué podemos hacer para colaborar con la conservación de un elementos clave para nuestro bienestar en el planeta.

Para nadie es novedad que estamos en un momento de la humanidad y del planeta sumamente complejo. Estamos rodeados de contenido catastrófico y las predicciones del futuro suelen ser angustiantes, y por lo mismo, no quiero ahondar en ese tema. Estoy convencida de que paradójicamente, este contenido desincentiva las acciones necesarias para construir un futuro más limpio y seguro para todas y todas (de cuya posibilidad cierta también estoy convencida) cuando lo que necesitamos es todo lo contrario.

Por eso, a continuación quiero entregar información que nos motive a pensar en un futuro feliz, en la desaceleración del cambio climático, en la regeneración de los ecosistemas y en la construcción de un habitar más armónico de nuestro planeta. Estoy segura de que estas oportunidades están ahí esperándonos.

¿Por qué celebrar el Día Internacional de la Conservación de los Suelos?

Desde 1963, se celebra este día en honor al científico estadounidense Hugh Hammond Bennett, quien falleció el 7 de julio de 1960 y dedicó su vida a demostrar que el cuidado del suelo influye directamente en la capacidad productiva del mismo.  Dicho en sus propias palabras:

"La tierra productiva es nuestra base, porque cada cosa que nosotros hacemos comienza y se mantiene con la sostenida productividad de nuestras tierras agrícolas".

Hammond dedicó su vida al propósito de este día: crear conciencia en las personas sobre la importancia fundamental que tiene la tierra dentro del frágil equilibrio medio ambiental, y desde ahí, lo importante que es procurar su conservación, cuidado y regeneración.

Solemos visualizar al suelo como un ente compacto y estático, cuando en realidad es todo lo contario: un mundo ecosistémico complejo y maravilloso, lleno de vida e interacciones que provee. Cumple roles que van desde lo tan básico como dar soporte a gran parte de las formas de vida del planeta, hasta procurar la regeneración de materia orgánica por medio de la descomposición, para garantizar la disponibilidad de nuevos nutrientes y energía.

Nuestros suelos también pueden almacenar emisiones de carbono, lo que contribuye a apaciguar los efectos del cambio climático. Cumplen un rol clave en la purificación de las aguas actuando como un filtro natural, eliminando y descomponiendo muchas sustancias y contaminantes presentes esta vital sustancia.

Y algo clave que seguramente están pensando: son el soporte natural y más eficaz para la producción agroalimentaria del mundo. Proporcionan los nutrientes necesarios y el soporte físico para el crecimiento de los cultivos, por lo cual, la calidad y fertilidad del suelo influyen directamente en la productividad agrícola y la calidad nutricional de los alimentos que consumimos.

Directa o indirectamente, nuestra salud se ve afectada por la calidad de los suelos, ese manto enorme y rico en nutrientes, organismos y propiedades que cubre el planeta tierra sobre el cual nos paramos y  que se ve afectado directamente por nuestras acciones. Hasta las insospechadas.

Con estos antecedentes, se hace evidente la importancia que tiene la celebración positiva de las iniciativas de conservación de los suelos y la concientización sobre la importancia de estos para el bienestar de las personas.

La humanidad no ha sido tan gentil con los suelos en el último siglo como debió haberlo sido. La implementación del uso intensivo de productos agrotóxicos, que buscó aumentar la producción agrícola, tuvo como consecuencia una degradación de los suelos que ha afectado la calidad de los alimentos y  la diversidad agrícola. La extracción inapropiada de agua ha generado desertificación en algunas zonas, y la consecuente pérdida de la biodiversidad que le permite al suelo actuar benéficamente.

La extensión de las zonas urbanas ha hecho lo propio, y la tala indiscriminada, o el reemplazo de especies arbóreas nativas por otras endógenas, tampoco ha sido beneficiosa.

Pero... ¡calma, gente, hay esperanza! Una de las propiedades inherentes de la naturaleza que me enciende la luz del optimismo es la capacidad de regeneración. Así como hemos degradado los suelos de maneras brutales, las últimas décadas han traído la posibilidad de experimentar con iniciativas regenerativas del suelo. Maneras de repoblar de biodiversidad, de aprovechar las interacciones armónicas para la recuperación de la calidad de la tierra. Implementación de prácticas agrícolas ecológicas que han ido desintoxicando el suelo e iniciativas sociales de conservación de semillas y especies para asegurar la diversidad de los cultivos han ido creciendo año a año.

Y así como estos proyectos han ido extendiéndose por territorios en todo el mundo, es cada vez más visible la importancia de las acciones individuales a la mano de cada quien para ejercer acciones de protección de los suelos desde zonas urbanas y rurales. El consumo de productos agroecológicos, el compostaje domiciliario, la reducción de los residuos no reciclables o compostables, y la preferencia por productos producidos a través de prácticas regenerativas están a la mano, y deben llevarse a cabo.

No sólo asustarnos y preocuparnos, si no actuar con esperanza y confianza: la clave está en la capacidad regenerativa de la naturaleza.

Para cerrar: dejo dos recomendaciones de documentales que ilustran de manera hermosa y esperanzadora esta posibilidad. Sobre la importancia de cuidar los suelos, las iniciativas que promueven esta premisa y la capacidad regenerativa de la naturaleza, "The Biggest Little Farm" (La más grande pequeña granja) y "Kiss the ground" (Besa el suelo), están en netflix y te sorprenderán con un relato hermoso e inspirador. Para salir a cuidar los suelos que tanto necesitamos para nuestro bienestar.

Si ya los viste, cuéntanos qué te parecieron. Y si no, corre a maravillarte, prometo que no te arrepentirás.

Un abrazo, nos leemos luego :)