El pasado 10 de agosto, comenzó a regir la Ley 2047 de 2020 en Colombia, la cual tiene como objetivo prohibir la experimentación, exportación, importación, fabricación y comercialización de productos cosméticos, sus ingredientes o combinaciones de ellos que sean objeto de pruebas con animales en el territorio nacional con posterioridad a su entrada en vigencia.

Esta ley fue promulgada en 2020 en el Diario Oficial del país, la cual define como producto cosmético a toda sustancia o formulación destinada a ser puesta en contacto con las partes superficiales del cuerpo humano o con los dientes y las mucosas bucales, con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, modificar o mejorar su aspecto, protegerlos, mantenerlos en buen estado o corregir olores corporales. Esto alcanza a artículos de maquillaje, jabones, cremas, bloqueadores solares, desodorantes, cremas para afeitarse, pomadas y geles, entre otros.

Del mismo modo, dicha norma contempla dos excepciones a la prohibición general. La primera aplica cuando un ingrediente deba someterse a pruebas de seguridad, por riesgos de salud y/o al ambiente y no existan pruebas alternativas validadas por la comunidad científica internacional. La segunda se empleará en caso de que los datos de seguridad generados a través de pruebas en animales para un ingrediente se hayan realizado para otro propósito diferente al cosmético.

En el caso de quienes infrinjan esta prohibición, serán sancionados por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimento (Invima) con multas que oscilan entre 133 y 50.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes, lo que equivale a sanciones que pueden llegar a casi 65.000 millones de pesos.

Afortunadamente, esta ley destaca por establecer incentivos para la elaboración de métodos alternativos al uso animal. Acorde al documento oficial de la norma, el Gobierno deberá generar facilidades para el fortalecimiento de las capacidades de los laboratorios e instituciones de investigación nacionales que desarrollen y apliquen modelos alternativos para evitar el uso de pruebas en animales en la industria cosmética, validadas por la comunidad científica internacional. Estos estímulos se emplearán mediante becas de financiación convocadas anualmente por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación durante los 15 años siguientes a la promulgación de esta ley.

Se destaca que , la norma se encuentra alineada con la normativa vigente en Europa y Estados Unidos, en sintonía con las expectativas de seguridad pública y bienestar animal como también ofrece un gran oportunidad de exportación de los productos de la industria cosmética colombiana al mundo.

Sin embargo, el autor de dicho proyecto de ley y representante del Congreso, Juan Carlos Losada, expresó que la reglamentación de esta ley no ha sido redactada, debido a que la entidad asignada a cargo de definirla ha sido modificada repetidas veces, lo que dificulta la fiscalización correcta de la legislación. Ente este escenario, Losada presentó una acción de cumplimiento para presionar al Gobierno y asegurar que la reglamentación se realice.

A pesar de ello, el congresista destacó que pese a la falta de reglamentación, la experimentación en animales con finos cosméticos y la importación de productos testeados en animales ya están prohibidas en el país, además de señalar esta norma como un “logro histórico” para Colombia y América Latina.

Es así como esta ley posiciona a Colombia junto a México, Guatemala, Chile y Brasil entre los países de Latinoamérica que han implementado legislaciones más éticas en la industria cosmética y que incentivan a la búsqueda de métodos alternativos que no requieren de uso de animales.

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