No es nuevo que los animales sean un recurso frecuente para realizar pruebas de seguridad y toxicidad en el mundo de la ciencia. Estos procedimientos pueden ser de menor a mayor riesgo para la salud del animal, pero que de igual forma puede significar el sacrificio de estos seres.

El “mínimo” uso de animales en los laboratorios y que esto signifique poner fin a su vida al acabar la investigación en la que eran utilizados, ha generado que algunas autoridades elaboren propuestas alternativas a dicha acción, como lo son los recientes hechos ocurridos en Brasil.

El pasado 21 de mayo, se publicó en el Diario Oficial de la Unión del país el proyecto de resolución normativa que prevé la reutilización, uso secuencial y reubicación de animales en actividades de docencia e investigación científica.

Este proyecto fue presentado por el Consejo Nacional para el Control de la Experimentación, área que se encuentra a cargo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovaciones, que se encarga de dictar ciertas normativas en relación a animales de laboratorio.

Dicho trabajo resolutivo nace en consideración de la Ley N° 11.794 del país que establece que “queda prohibida la reutilización del mismo animal una vez alcanzado el objetivo principal del proyecto de investigación”, cuyo propósito es proteger a los animales de intervenciones repetidas y posiblemente dolorosas, No obstante, según argumenta el nuevo proyecto, dicha ley no prevé el uso de animales en experimentos observacionales y “mínimamente” invasivos, que por regla general, terminan igual siendo sacrificados. Esto genera, acorde a lo indicado, la necesidad de utilizar nuevos animales para realizar las investigaciones.

Dado estos antecedentes, este proyecto busca establecer la posibilidad de la reutilización y reubicación de animales en nuevos experimentos, entendiéndose por reutilización del animal la utilización de este en otro procedimiento de la misma actividad de investigación científica propuesta una vez alcanzado el objetivo principal.

El objetivo, acorde al documento, es reducir el número de seres no humanos usados en actividades de enseñanza o análisis, respetando su bienestar y condiciones impuestas por la legislación. Además se añade que “es un avance al conocimiento científico y para la calidad de la experimentación animal”.

Del mismo modo, se afirma que esta resolución está en concordancia con los principios éticos del bienestar animal, con la legislación y práctica internacional y conlos principios de las “3R” (reemplazar, reducir, refinar) que orienta a nivel internacional sobre el uso de animales en investigación.

Este proyecto contempla la participación social, habilitando un sitio web en el que la sociedad civil o instituciones interesadas en tema puedan contribuir con sus opiniones, ya sea para críticas o sugerencias, a la resolución normativa propuesta. La consulta pública se encuentra disponible desde el 21 de mayo hasta el 22 de julio de 2024.

La propuesta de normativa expuesta abre el debate con relación al bienestar animal y si realmente se puede cumplir con este objetivo si un animal ya fue sometido a un proceso con anterioridad, dado a la acumulación de factores menos severos que puede conducir al aumento del sufrimiento general del animal.

Si bien puede existir una buena intención detrás de esta normativa resolutiva, de igual manera involucra someter a animales a procedimientos que pueden causarle estrés o angustia, así como también dolor físico o daños que puede a la larga serán intolerables para estas criaturas. Por lo tanto, nos debemos plantear si se debe optar por un mayor número de animales utilizados versus a un menor número de animales utilizados, que pueden sufrir más dolor, los cuales son escenarios éticos que no hay una respuesta ética correcta.

En suma, es importante recordar que se debe abogar por la eliminación completa del uso de animales en las áreas donde existan métodos de reemplazo, además de apoyar nuevos proyectos que implementen visiones alternativas, que no involucren crueldad animal.