articulos |Publicado el 21-12-2024

Conoce a Pompón: la vida de un conejito marcada por los experimentos

Los conejos son animales increíbles y totalmente adorables, que con sólo mirarlos generan gran ternura. No obstante, su tamaño pequeño y el hecho de que sean que “fáciles de manipular” los hace un modelo ideal para experimentos de la industria cosmética y biomédica.

En la ciencia, a la hora de hablar de experimentos, se suele optar por sujetos de estudio que sean prácticos, de bajo costo y dóciles, por lo que entre los más comunes encontramos a cobayos, ratas, ratones y conejos. Éste último, pese a ser distinto genéticamente a los humanos, es muy popular en la industria para someterlo a pruebas, causando estragos en su especie y un trauma que los puede marcar de por vida.

Si damos un vistazo a Brasil, el país más grande de América Latina, nos encontramos a Pompón. Este animalito es un conejo blanco que a sus cortos años de vida solía merodear en su espacio personal -o más bien en su jaula- de manera curiosa, en paz, sin tener idea de lo que le depararía fuera de esas rejas.

En un principio, esta criatura era un animal blanco, de tamaño mediano y muy pomposo, que mostraba un comportamiento tranquilo, sociable, amoroso, muy inteligente y comunicativo, ¿sorprendente, no? Quizá en algún momento te preguntaste “¿cómo son los conejos?”, bueno, aquí te aclaramos cómo son.  Estos animales, al igual que las ratitas y otras múltiples especies, son seres sintientes y con nivel de consciencia. Así es, esto no es algo únicamente propio de los humanos, los conejos también sienten.

Sé el héroe que Pompón necesita

Lamentablemente, a su corta vida llegó a manos de la industria biomédica, lo que lo marcó de por vida con heridas internas y externas. Con tal sólo dos años de vida, Pompón fue utilizado en diversas pruebas de toxicidad dérmica que le fueron aplicadas en el área de su espalda y ojos, generándole quemaduras en su pelaje e irritaciones profundas en su campo de visión, comprometiendo su zona ocular.

Como resultado de estos terribles experimentos, este animalito perdió el ojo derecho y nunca más le creció pelaje en su espalda. Este hecho deja en evidencia la crueldad que pueden causar estos procedimientos y el uso de los animales en ellos.

¿Qué sabemos sobre su uso en la industria?

La realidad sobre el uso de conejos en laboratorios en el resto de Latinoamérica es compleja de acceder. Esto se debe a que en la región no existe legislación alguna que le exija a las entidades de investigación notificar sobre cifras y datos oficiales sobre cuantos conejos son utilizados en investigaciones en los países, así como normativas que regulen el bienestar que se le entrega a estos animales en los recintos. Esta laguna de información dificulta aún más accionar para cambiar estas prácticas. Pero no es imposible.

Si vamos hacia el centro de América, en México un estudio buscó determinar el número de animales utilizados con fines científicos y educados entre enero 2015 a octubre de 2021 en el país, el cual solo pudo obtener cifras asociadas únicamente de bioterios autorizados. En este periodo, estas entidades reportaron el uso de 5,437,263 animales con fines científicos y educativos, de los que 68.298 eran conejos. Esta cifra no contempla la suma de bioterios no autorizados u otras entidades no reconocidas legalmente, por lo que el número podría ser más alarmante. 

Más al norte, en Estados Unidos, recientemente se hizo público el informe anual que la Ley de Bienestar Animal (AWA) exige a cada centro de investigación registrado en el USDA y cada centro de investigación federal, el que documenta el uso de animales para investigación, pruebas, enseñanza, experimentación y/o cirugía. En dicho expediente se puede apreciar el uso de conejos en repetidos procedimientos, junto con otros animales. Entre 2019 y 2021 se registra que 739.441 conejos fueron utilizados en investigación que implicaron dolor, a los que se les administraron analgésicos, y 192.585 conejos que fueron utilizados en investigaciones que implicaron dolor y no se administraron analgésicos

En este contexto, así como Pompón, muchos conejos están siendo sometidos a procedimientos, viéndose desprotegidos por las autoridades y siendo sólo un número más para los laboratorios, pero lo que viven es una experiencia que determina su destino, e incluso los deja marcados hasta el final de sus días.

¡TÚ puedes hacer el cambio!

Afortunadamente, la historia de Pompón tuvo un vuelco positivo, ya que fue rescatado por una activista del laboratorio que solía habitar. Sin embargo, existen muchos otros como él que aún no son libres de estos experimentos y que pueden correr la misma suerte.

Por ello. Hemos levantado una campaña que busca prohibir las pruebas en animales en Latinoamérica y así construir un mundo más ético, consciente y respetuoso con todo ser sintiente.

Esto no podría lograrse sin ti, por lo que te invitamos a que hagas la diferencia y ayudes a los animales a que tengan la libertad, bienestar y paz que merecen. ¡Únete aquí y sálvalos!

Sé el héroe que Pompón necesita