Querido Pizza

Nos separa más que una pantalla y miles de kilómetros... Es tu mirada perdida pidiendo clemencia lo que me  angustia. Pero mi dolor jamás se igualará al que sientes en este momento.

Tú cuerpo yace tendido sobre la plataforma... inerte, casi ausente... tú hocico se mueve lentamente, como si murmuraras un inaudible llamado de auxilio, pero el barullo de la concurrencia que se arremolina alrededor de la caja azul en la que te exponen, seguramente para jactarse con sus cercanos que fotografiaron al "oso polar más triste del mundo"...  no permite escuchar más allá de sus propias voces...

Hace tres meses uno de tus hermanos, encontró la esperada libertad... pero en la muerte. Lo llamaban Arturo, dejó este codicioso mundo después de más de 20 años de cautiverio en un zoológico de Mendoza, Argentina. Su vida en ese lugar fue de agonía y tortura hasta su último respiro.

En el año 2014 Cher, la cantante, escribio en Twitter, "¿No lloras por él, Argentina? ¿No tiene lágrimas Cristina Fernández de Kirchner por el torturado oso polar Arturo? Sus manos quedarán manchadas de sangre cuando el muera". Fue replicado más de 5000 veces, pero no cambió su triste destino...

Al igual que su historia se están juntando firmas para liberarte de ese acuario, pero los esfuerzos no han sido suficientes para quitar el yugo en el que te han obligado a subsistir. Los dueños del mall Grandview se defienden diciendo que no te falta nada y que están sorprendidos por la sobrerreacción de la gente...

"Dicen, que de todos los animales de la Creación, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir... y creo que es verdad... Pizza ¿Somos una especie retorcida y cruel? ¿crees que ya no haya marcha atrás, que nuestra especie ha sido desahuciada? Aunque no lo creas tengo fe, porque en el mundo se han levantado organizaciones que tienen como convicción salvar a los animales de la tortura constante a la que los sometemos, a los seres indefensos sin voz ni voto, como tú.

Desde que conocí tu historia, siento y pienso que debo agradecer el aire, el sol, la lluvia, la libertad... todo aquello que doy por hecho, porque nunca me ha faltado. Hoy estás encerrado como un criminal en exhibición, sin delito ni arrepentimiento, con la angustia reflejada en tu rostro. La caja azul te consume... el tiempo se acaba y aunque se ha levantado la voz en todo el mundo, sigues ahí.. 

La impotencia y la pena me tienen con un nudo en la garganta...pero tengo esperanza, que un día no muy lejano, volverás a ser feliz.

Pri

Desde Santiago.