Hablemos sobre la Autoestima, el Maquillaje y la Belleza
La verdad es que todas las mujeres son bonitas a su manera personal e individual, y sí, todas las pieles pueden maquillarse. Pero también es cierto que la imagen mental que tenemos de nosotras mismas y del resultado que esperamos ver después del maquillaje, va directamente relacionado a cómo nos sentimos con nuestra autoestima, y que si esa imagen es fuerte, el resultado siempre será positivo. A menos que tengamos una mala percepción de nuestra propia belleza y esperemos que el resultado final nos haga ver otra cara y otras facciones, buscando un ideal falso en la modelo de una revista, por ejemplo. Primero vamos a partir por una premisa muy importante, que todas, TODAS, debemos grabar en nuestra cabeza: No todas las caras son iguales, no todas las pieles son iguales y por sobretodo, no tenemos que buscar parecernos a la modelo, vecina, o amiga, cuando nuestras facciones no son como las de ellas. De lo contrario nunca nos gustará el resultado final en nosotras mismas. El buscar la “imitación” es lo que nos impide a las mujeres estar conformes con nuestra propia belleza, sea físicamente o estéticamente. La segunda premisa es que si nos basamos en fotografías, siempre, SIEMPRE deben tener en cuenta que el 100%, ¡¡100%!! de las fotos han pasado por Photoshop. Por lo tanto, esa cintura de avispa, ese rollo maldito que no existe, ese abdomen plano, pechugas perfectas, y piel de porcelana, NO son reales. Cuando maquillo a una novia, que NO es modelo, cuya piel tiene poros abiertos, patas de gallo, rosácea, sequedad, oleosidad, sensibilidad y un montón de “detalles” que todas tenemos, la mayoría siempre pide quedar “igual” a la modelo de una fotografía. Mi trabajo como maquilladora es saber adaptar en el rostro de una persona las referencias que me entregan y que se originan en la fotografía de una modelo. Lamentablemente si bien adapto lo que me piden, existen algunas personas que sin tener labios carnosos me han pedido dejarles el rostro enmarcado como si fueran Angelina Jolie, creyendo que el maquillaje funcionará como cirugía estética. (O sea, literalmente piden parecerse a ella, no me piden efectos, efectivamente piden VERSE como ella. Que la gente cuando la vea piense “ella es IGUAL a Angelina Jolie”). Cuando la autoestima está disminuida, la imitación aparece, y querer verse físicamente igual a otra persona causa problemas en un trabajo donde mi deber es adaptar los colores y la forma. La gente que tiene baja la autoestima nunca ve en el espejo lo que quiere ver, porque está esperando que en su imagen aparezca la otra persona, la de la foto, la modelo de la portada. Es importante entender que el maquillaje hace un montón en un rostro de diversas características, siempre va a ayudar. Puede agrandar o achicar los ojos, puede alargar o disminuir labios, puede perfilar narices curvas o redondas y disminuir mejillas infladitas y atenuar papada. Pero no hará cirugía ni transformará una mandíbula redonda como la de Miley Cyrus a una cuadrada como la de Keira Knightley. El maquillaje siempre causará un efecto positivo en un rostro, no importa la contextura o características físicas. Todas tenemos detalles que si se resaltan correctamente nos cambiará la mirada y le dará un toque especial al rostro que será significativo para cada una de nosotras. Sin embargo cuando se busca la imitación, cuando buscamos vernos como la chica de al lado, jamás podremos sentirnos conforme con nada. Y no hablo solo de maquillaje, sino también de ropa, cuerpo y estilo. Lamentablemente eso se nota y mucho. A simple vista sabemos cuando alguien está imitando, sabemos cuando no está conforme. Se nota cuando alguien no se siente bonita. Y no es porque ande con cara de “odio los lunes”. Cuando las mujeres no estamos conformes lo proyectamos, porque estamos incómodas, no queremos que nos vean, e incluso se nota en detalles tan tontos como el haberse colocado un pantalón que no era de la talla adecuada, o una falda que queda muy corta y que hay que estar acomodándola a cada rato. Andar incómoda también es un indicio de que algo ahí no está bien. Estamos pendientes de si nos miran. Pero ¿cómo llevamos estas acciones a un alta autoestima? Pues, las mismas razones dadas recién del pantalón y la falda pueden darse en una persona que se siente bien consigo misma. Probablemente no le importará andar con la falda corta que se arremanga a cada rato, y tampoco le importará andar con un pantalón que le apriete los rollitos. Mientras se sienta bien los va a lucir sin importarle nada, porque para esa chica, no es tema. En temas de estilo y tendencias no me meto, porque en gustos no hay nada escrito. La verdad es que somos re buenas para criticar a la chica más rellena que usa leggins porque creemos que tiene mal gusto, pero también es cierto que esa chica se siente lo máximo por andar luciendo sus piernas, y es probable que ni siquiera se encuentre rellenita. Eso, es autoestima. Y bueno, las dejo invitadas a seguir leyéndome en los próximos post. Si tienen algo que comentar adelante. Este es un tema que nos toca a todas alguna fibra y siempre es bueno compartir opiniones para ayudar a otras a sentirse bellas. ¡Nos leemos! Cata W/@onlystylemakeup
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