noticias |Publicado el 11-10-2018

Unilever respalda campaña para prohibir las pruebas en animales para cosméticos

La acción inédita de la segunda marca de belleza más grande del mundo es aclamada como “el principio del fin de la industria cosmética cruel”

Unilever, el gigante de productos para cuidado personal, anunció su apoyo a la campaña #BeCrueltyFree encabezada por Humane Society International, Humane Society de Estados Unidos y Humane Society Legislative Fund (fondo legislativo), encaminada a que en un plazo de cinco años se prohíba en el mundo que los cosméticos se prueben en animales.

Este propósito incluye una nueva colaboración ambiciosa para acelerar la aceptación reglamentaria de enfoques libres de animales para evaluar la seguridad del los productos para el consumidor. Unilever, empresa conocida por marcas populares como Dove, Degree y TRESemme, es la segunda compañía de belleza más grande del mundo, y la primera entre las “10 principales” del sector en dar su apoyo activo a la reforma legislativa para prohibir las pruebas en animales para cosméticos. Las organizaciones esperan que esta nueva colaboración acelere el cambio mundial de normativa en el sector de cosméticos, para así alcanzar una meta compartida de las prohibiciones de pruebas en animales, en 50 mercados de belleza de todo el mundo.

Troy Seidle, Vicepresidente de Investigación y Toxicología de HSI, indicó: “Todas las compañías indican que apoyan alternativas para prohibir las pruebas en animales, pero Unilever es el primer gigante de la belleza que muestra su apoyo decidido a la prohibición total. Cada año, en todo el mundo, hay cientos de miles de animales utilizados en pruebas de toxicidad para cosméticos, por tanto, es importante elogiar a Unilever por respaldar a Humane Society International para, de una vez por todas, poner fin a esta crueldad. Instamos a otras grandes marcas de belleza a que sigan este ejemplo y se sumen a nosotros en el lado correcto de la historia”.

La nueva colaboración incluirá:

♦ El apoyo de Unilever a la legislación que impulsa HSI y sus afiliados para prohibir las pruebas de cosméticos en animales, así como la venta de cosméticos que han significado pruebas en animales después de que la prohibición entre en vigor, conforme al precedente establecido en la Unión Europea.
♦ La puesta en marcha de una colaboración abierta para desarrollar capacidades en empresas y las autoridades reguladoras, de modo que las pruebas de seguridad para cosméticos se basen exclusivamente en métodos alternativos.
♦ La inversión para que futuros científicos en seguridad reciban capacitación en evaluaciones de riesgo de “nueva generación” sin animales y que aumente la capacidad a largo plazo.

En el marco de este cambio, la marca Dove de Unilever decide certificarse como cruelty free a manos de Peta, y eliminar la importación a China de productos para evitar la exigencia legal de testeo en animales. 

David Blanchard, Director de Investigación y Desarrollo de Unilever, agregó: “Nos complace colaborar con Humane Society International para terminar con la era de pruebas de cosméticos en animales, y dar la bienvenida a otras empresas, reguladores y otras organismos interesados que quieran unirse a esta importante iniciativa.”

Hasta el momento, 37 países ya aprobaron la legislación para la prohibición parcial o total de las pruebas de cosméticos en animales. HSI tuvo un papel clave para garantizar que se adoptara la fase final de la prohibición de la Unión Europea en 2013, y en posteriores victorias en India, Taiwán, Nueva Zelanda, Corea del Sur, Guatemala, y siete estados de Brasil. Hoy día, HSI y sus aliados están impulsando otros 10 trabajos legislativos en Australia, Brasil, Canadá, Chile, México, las Filipinas, Sudáfrica, Sri Lanka y Vietnam, y Estados Unidos.

Las pruebas en animales que se realizan en el sector de cosméticos incluyen: experimentos de irritación en ojos y piel, en los cuales un producto o ingrediente cosmético se frota en la piel rasurada o se aplican gotas en los ojos de los conejos; las pruebas de alergias en piel utilizan cobayos o ratones; y los estudios de alimentación oral forzada que duran semanas o meses para buscar síntomas de malestar general, o la cantidad de una sustancia química que provoca la muerte. Estas pruebas ocasionan dolores y sufrimientos considerables, que pueden incluir ceguera, ojos inflamados, piel que sangra por úlceras, sangrado y daño en órganos internos, convulsiones y la muerte. En raras ocasiones, o quizá en ninguna, les administran analgésicos y, al terminar una prueba, matan a los animales generalmente los asfixian, les rompen el cuello o los decapitan.

Fuente: Humane Society International