¡Hola a todos! Me presento, mi nombre es Danae. Tengo veinte años, aunque tengo la estatura de alguien de doce. Vivo en México. Ya saben, piñatas, sombreros, churros, pan de muerto y mariachis. Y yo, una chica un poco loca de los gatos y de los animales en general.

Estudio Letras Clásicas en la Universidad Nacional Autónoma de México, con lo que estoy muy contenta, pues desde siempre me ha fascinado la cultura griega y hasta mi nombre viene de ahí. Además, me fascina escribir, soy una apasionada de la lectura y aprender idiomas es algo que me encanta. Mis responsabilidades incluyen atender a mis gatos, pues son básicamente mis hijos. El mayor se llama Mephistópheles, mientras que el segundo que llegó a mi vida fue Aristóteles. Después adopté y crié desde bebé a una bolita negra de pelos que se llama Arquímedes. Me encanta ponerles nombres largos y rebuscados para que se escuchen tan elegantes como ellos lo son para mí. Después, llevaron a mi casa a una gatita blanca, llamada Kalíope, y meses después recogí a una gatita de manchas cafés a la que nombramos Bellatrix. Por cierto, me encanta Harry Potter, y si se lo preguntan, soy una Slytherin. Mi mamá, otra loca de los gatos que no lo admite, llevó a una pequeña atigrada que una alumna suya recogió de la carretera. Le llamamos Nymphadora. Y por último, hace unos meses llegaron a mi vida dos pequeños, de menos de un mes, a los que veíamos con el miedo de no sobrevivir. Un siamés y un gato naranja, diminutos y en los huesos. Los pensaba cuidar hasta que estuvieran aptos para ser dados en adopción, pero no pude hacerlo. Tras cuidarlos, curarlos y sacarlos adelante, yo ya no podía entregarlos a nadie más. Me encariñé demasiado con ambos, hoy en día son inseparables. Son un poco enfermizos porque necesitaban un poco más a su mamá cuando eran pequeños, pero son muy fuertes y con sus destrozos y travesuras como de niños pequeños me hacen sonreír incluso cuando yo creo que no tengo motivos. Se llaman Severus y Allastor. Ahora bien, como pasatiempos, yo pinto, dibujo, escribo, incluso me gusta bordar y coser. Toco la armónica y la melódica e intento tocar guitarra, me gusta ver películas y leer. Desde hace algunos meses tengo una pequeña afición por el maquillaje y el cuidado personal, y es ahí donde surge mi interés en consumir únicamente productos no experimentados en animales. Fue una cosa tras otra, no fue un cambio rápido ni sencillo. Desde siempre he amado a los animales y los hemos recogido de la calle siempre que podemos, pero mi consciencia nunca había ido más allá. Primero, me puse a pensar cómo es que probaban los cosméticos, y sin pensarlo mucho, dejé de consumir marcas crueles. Pero luego me enteré que no sólo es el maquillaje, sino que se testea en animales casi todo. Es una realidad horrible, pero me dispuse a continuar mi cambio. Lo más difícil: bloqueador solar, shampoo y dentífrico libres de crueldad y económicos. Mis ahorros ya no se gastan tanto para maquillaje, sino para llevar un estilo de vida amigable con los animales. Pero es algo que, para mí, vale totalmente la pena. Después, fui abriendo los ojos a la crueldad de la industria alimenticia en general. Tiene muy poco tiempo que me decidí, pero estoy llevando una vida vegetariana (no, no me falta energía, de hecho me siento excelente). Y estoy contagiando a muchas personas a mi alrededor, lo cual me anima mucho a seguir con mis principios y defenderlos. Esa es parte de mi vida en general, me encanta debatir, informar, aprender de otros y difundir. Muchas personas no saben que sus pestañas postizas ocasionaron el sufrimiento de un montón de mamíferos que viven enjaulados, por eso yo se los hago saber y doy opciones no crueles a quien le interese. Por supuesto, sé que a mucha gente no le importa ni un poco, o piensan que ningún esfuerzo vale, pero mientras mi mensaje le llegue a quienes sí se preocupan por las demás especies, yo creo que estoy haciéndolo bien. Llegó esta oportunidad a mi vida, escribiré para una organización que admiro y sigo desde México, pues en mi país todavía no existe algo similar que ayude a certificarse a marcas nacionales. Gracias a esta ONG me informé de casi todo lo que hoy sé sobre el mundo cruelty free y ahora les agradezco infinitamente esta oportunidad. Estoy muy contenta y espero poder hacer crecer este movimiento en México y que se siga expandiendo en Chile. En fin, creo que para ser mi primer post ya escribí demasiado. En persona hablo muchísimo una vez superada mi timidez, creo que este ha sido el caso, haha. Espero haberles agradado, y que mis siguientes posts sean de su gusto, me esforzaré muchísimo para mejorar mi escritura y traerles temas de interés que puedan compartir los bellos Chile y México. Un gusto formar parte de este bello equipo que lucha contra la explotación animal, y poderme dirigir a todos los interesados en conseguirlo, ¡no es tan difícil! Un abrazo fuerte, hasta la próxima:) Por Danae, desde México.