Algunos mitos sobre los bloqueadores solares
Hoy quiero hablarles sobre los mitos que existen con respecto a los protectores solares, ya que su uso es fundamental para el cuidado de nuestra piel.
No es un secreto para nadie que el bloqueador solar es un producto que nos protege y además nos ayuda a retardar el envejecimiento prematuro. El bloqueador solar es una barrera contra la radiación a la cual nos exponemos a diario, evitando que los radicales libres interactúen con otras células.
Uno de los mitos gira alrededor del SPF (Factor de protección solar), se cree que la diferencia entre uno y otro es enorme o proporcional. Un bloqueador de SPF 50 no tiene mucha más protección que uno con SPF 30, es una diferencia muy pequeña. El mayor SPF conocido hasta el momento es el SPF 50, por esta razón no es recomendable comprar SPF superiores porque no tienen una protección significativamente superior y su precio puede ser más elevado sin razón alguna.
Otro mito existente es que si usas maquillaje con SPF no necesitas usar bloqueador y es totalmente falso. NINGÚN producto reemplaza el bloqueador solar. Este último esta diseñado específicamente para protegernos de la radiación y toda la investigación para desarrollarlo gira en torno a esta función. Por esta razón no hay que sustituirlo por ningún otro producto. Esto también nos muestra que la adición de SPF a bases de maquillaje no es realmente un factor decisivo al momento de hacer una compra.
Hoy en día, somos más conscientes de cuidar nuestro planeta. Hace algunos años algunos estudios revelaron que los bloqueadores solares pueden tener una influencia en la vida marina, especialmente en los corales. Por esta razón vemos actualmente sobre muchos bloqueadores el claim que dice que son amigables con la vida marina. Sin embargo, no existe todavía evidencia suficiente para afirmar que los bloqueadores son los responsables de este problema ya que estos experimentos no fueron llevados a cabo en el mar, sino en piscinas y con concentraciones mucho más altas de oxibenzona que las que normalmente tiene un bloqueador.
Todos estos mitos permiten que se desarrollen campañas de marketing con la cuales nos vemos atraídos como consumidores. Por esta razón me gustaría invitarlos a que sean más críticos a la hora de comprar bloqueadores para que no compremos productos que no cumplen una función diferente a la de proteger de la radiación. Enfoquémonos mucho más en que el bloqueador que compremos sea seguro, sea adecuado para nuestro tipo de piel, no este testeado en animales y que sus fórmulas y empaques sean lo más ecológicas posibles.
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