¡Hola!, ¿Qué tal?

        Nos volvemos a encontrar luego de dos semanas (escribo aquí miércoles por medio, pero si te gusta mi contenido puedes verlo a diario aquí).  En esta oportunidad quise escribir algo un poco diferente y que he ido dejando de hacer en mi Instagram por priorizar otros temas que considero importantes de tocar. ¡Receta! Me encanta comer rico, vegano y saludable. Pero también simple porque me aburre cocinar por demasiado tiempo o preparar ese tipo de platos complicados que requieren mucha dedicación. Así que hoy te mostraré cómo preparar un exquisito champiñón Portobello relleno de amor. Mentira. Pero hazlo con amor porque es real que la comida sabe más rica así.

            Antes de irme de lleno en la receta, quiero -o necesito- comentar lo siguiente.

          Si estás leyendo aquí, en el blog de Te Protejo, es porque algo de interés tienes en respetar a los animales. ¿Y por qué respetarlos? Pues porque son individuos capaces de sentir y tienen sus propios intereses y necesidades básicas. Son capaces de sentir placer, miedo o dolor. Y al igual que nosotras, las personas, buscamos acercarnos a estos sentimientos y sensaciones positivas y alejarnos de lo negativo. Muy simple. Aquí no se trata de ser una persona súper fanática de los animales y querer vivir en la montaña rodeada de ellos (admito que sería maravilloso para mí). Se trata de algo tan simple como lo que mencioné al comienzo de este párrafo: respeto.

          Actualmente el escenario es el siguiente. Hay personas, la mayoría de la población, que busca satisfacer sus papilas gustativas alimentándose a costa de los animales. Carnes, huevos, leche, etc. Para obtener estos productos, no me acomoda llamarles alimentos la verdad, la población humana ha demandado y sustenta industrias de producción animal. Industrias donde los animales son considerados un recurso explotable. Sus necesidades e intereses propios son anulados para sobreponer los intereses y "no-necesidades" de estas personas. Escribo "no-necesidades" porque ya es ampliamente sabido que no necesitamos comer animales ni sus derivados para desarrollarnos y vivir de manera saludable en cualquier etapa de la vida humana. Está avalado por las grandes organizaciones de la salud y nutrición de todo el mundo. Así como también es conocido que como población humana no estamos en condiciones óptimas de salud. Quizás porque comer animales no solo tiene repercusiones negativas sobre ellos mismos, sino también sobre nosotras las personas. De hecho, llevar una dieta vegana (o consumir menos productos animales), tiene también consecuencias positivas en otros aspectos como en nuestra salud y nuestro medioambiente. Es un tema bastante extenso y entretenido de conversar. Hay muchas acciones pequeñas que podemos comenzar a hacer para ayudar al planeta y todo su ecosistema.

            En fin, no solo al comprar maquillaje testeado en animales estamos haciéndoles daño. También hay que poner ojo sobre nuestras elecciones a la hora de comprar comida y mercadería, elecciones de vestimenta y calzado, de nuestras actividades de entretención, de nuestra producción de basura (el mundo lo habitamos todas las especies) y un largo larguísimo etcétera.

            Bueno, como verán siempre me voy por las ramas. Vamos con la receta vegana:

Ingredientes:

• Un champiñón Portobello (de los más grandes que existen, con mucho sabor y muy nutritivo. Ahora quiero extenderme escribiendo acerca de este ingrediente pero no lo haré. Solo mencionar que son una buena fuente de proteínas, fibra y cobre, un mineral importante ligado a la sangre y su oxigenación. También uno de estos tiene más potasio que un plátano, por ejemplo). PD: Lo compré a granel en mi bolsa reutilizable en La Vega, SCL.

• Hummus de cualquier legumbre (usé de porotos burros y si no sabes preparar hummus, es súper fácil y puedes ver mi receta aquí).

• Aceite vegetal (usé de sésamo. Es exquisito y súper nutritivo. Lo compro en frasco de vidrio en Vive Arrayán, un emprendimiento que vende productos saludables y alimentos a granel a domicilio. ¡OMG!).

Pasos:

• Limpia bien tu champiñón. Se supone que la mejor forma de hacerlo para que no absorban tanta agua es frotarlo con un paño limpio y húmedo, como "sacándole brillo".

• Retira el tronco, torciéndolo, para que puedas luego rellenar tu champiñón con hummus (o lo que quieras). El tronco se saca porque para esta receta estorba, pero es absolutamente comestible. ¡No lo desperdicies!

• Con la ayuda de una brocha/pincel de cocina, recubre con un poco de aceite vegetal tu champiñón por todos lados, incluso sobre el hummus. Yo creo que con dos cucharadas te alcanza.

• Lleva tu creación al horno, a 200 grados Celsius por unos 15 minutos (cada horno es un mundo diferente) o hasta que se vea jugoso y el hummus se dore.

• Disfrútalo acompañándolo de una rica ensalada de hojas verdes. ¡Mucha fibra para ti!