Debido a la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad que existe en Chile, día a día podemos escuchar, ver y oír mensajes referentes a la alimentación saludable y su relación con una buena calidad de vida. Un estudio realizado por el Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), a nivel nacional, reveló que el 66% de las mujeres entre 12 y 18 años sienten miedo a engordar, mientras que el 42% atribuyen la delgadez como la clave para lograr éxito dentro de la sociedad. Por otra parte, la población masculina, según diversos estudios latinoamericanos, muestra cada vez mas preocupación por su apariencia y como mejorarla a través de alimentación saludable y actividad física.

Hace unas décadas fue la Anorexia Nerviosa, hoy por hoy es la Ortorexia que ronda a los adolescentes y jóvenes quienes se empeñan por comer mejor, y es tan frágil la línea, que de un momento a otro el comer saludable puede llegar a enfermarte, ya que el buscar y crear un sistema de alimentación estrictamente sano puede transformarse en una obsesión que no te permita disfrutar la comida.

Ortorexia viene de la palabra extraída del griego “Orthos” correcto y “Orexis” apetencia, dando como resultado “Apetito Correcto”. Fue descrito por Steven Bratman, en el año 1997, como un trastorno obsesivo compulsivo el cuál crea un fanatismo por la comida saludable en quienes lo padecen. Este trastorno también trae consigo la pérdida de relaciones sociales, insatisfacciones afectivas y pensamientos obsesivos acerca de los alimentos, creando un fuerte conflicto personal, emocional y social para la persona afectada.

Probablemente para muchos hoy en día sea un “tema” la alimentación, lo que se “tiene” o lo que se “debe” comer, cómo conseguirlo, cómo prepararlo, cómo comerlo. Desde hace miles de años la alimentación se toma como un rito, sin embargo, la globalización ha traído consigo controversia acerca de esto, ya que por una parte nos invadió la comida rápida, mientras que por otra la alimentación orgánica, naturista y consciente no se queda atrás, transformando el “que se va a comer” en una fuerte disyuntiva, más que un mero trámite.

Junto con investigaciones avanzadas acerca de esta posible patología,  Bratman creó un cuestionario el cuál se podría llegar a diagnosticar el trastorno, preguntas como: ¿Es más importante para ti, la calidad del alimento que el placer que te produce comerlo?, ¿estás dispuesto a gastar más dinero para tener una alimentación saludable?, ¿te sientes culpable cuando faltas a tu alimentación habitual?, ¿piensas que la alimentación saludable ayuda a sentirte mejor contigo mismo?, entre muchas otras.

Un trastorno de la conducta alimentaria se vuelve grave cuando la alimentación ya se forma una obligación y no la disfrutas, como también cuando comienzas a aislarte del que era tu grupo social porque te sientes “discriminado” por cuidar tu alimentación o sientes que no comparten las mismas creencias. Lo “normal” sería que si tomas restricciones alimentarias, sea siempre pensando en mejorar tu salud y esto haga verte y sentirte mejor, también es bueno poder ayudarte con algún profesional del área nutricional, quien te asesore y oriente en tu nueva alimentación, ya que al poner restricciones, también se debe buscar reemplazar con otros alimentos para no generar déficit de nutrientes.

Si sientes que podrías estar siendo afectado por este u otro trastorno alimenticio, o simplemente deseas mas información, puedes escribirme al correo [email protected]

Recuerda, que el alimento sea siempre tu medicina.

Saludos a todos y gracias por leer y compartir este artículo.