A finales de agosto con mi BFF Jas, nos inscribimos al Gym ¡todo por un verano digno!. Trabajar sentadas ha traído consecuencias y como es más entretenido y sobretodo motivante (para mi) hacer ejercicios con la amiguis, nos decidimos por esos famosos 2x1. Antes hacíamos zumba 2 veces a la semana, y como según yo, el cuerpo tiene memoria, programamos nuestros horarios para ejercitarnos tres veces a la semana... el viernes fuimos a nuestra primera clase de cardiodance (en otras palabras zumba pero por derechos de autor tuvieron que cambiar el nombre). Felices y entusiasmadas caminamos, esperamos, esperamos... hasta que comenzó a llegar la gente. Una Sra.  Súper amorosa habló maravillas de la profe preguntó si era primera vez que asistíamos a pilates... sí... ¡PILATES! la página web no estaba actualizada. Nuestras miradas se encontraron... una especie de horror y miedo se apoderó de nosotras. Mi hermana me había contado que hizo pilates en alguna oportunidad y las primeras veces le dolía hasta el alma ... y no fui la excepción... dos cosas descubrí ese día: primero, me dolían partes de mi body que no sabía que existían y lo segundo y más importante para una persona quisquillosa como eu... mi desodorante no me abandonó, ¡¡¡wiiiiiiiiiiiiiiii!!!!

Lo más complicado, a mi parecer, de mi transición a cruelty free fue encontrar un antitranspirante... y no lo hice, creo que ni siquiera existen... sólo hallé desodorantes. Con temor, asumí que debía ser una señal del universo para dar paso a mi desintoxicación. Antes de realizar el cambio, aparecieron unos pequeños bultos en mi axila derecha, no podía ni levantar el brazo, una vez que cambié a desodorante no han vuelto a aparecer... 

El primer desodorante que compré fue de la marca Hugo Naturals y tristemente no funcionó...comencé a desesperarme, pero una amiga me regaló un trocito del que ella ocupaba, y así conocí al desodorante en barra aromaco de Lush.

Es como un jabón en barra y con olor entre limón e incienso suavecito, no es malo, pero hay personas (como a mi novio) que no les gusta y otras que piensan que es el olor que deja el detergente en la ropa. A mi me gusta y como me ha funcionado lo sigo ocupando. Tiene un costo de $5.900 los 100 gr. Parece caro pero dura muchísimo. Pueden pasarlo directamente por sus axilas o pies (humedeciéndolo un poco) yo sacó con la uña, me es más cómodo manejarlo (para mayor información pueden visitar la página de Lush).

Transpirar es tan natural como respirar y los mamíferos lo hacemos para regular nuestra temperatura corporal, es un proceso biológico que inicia cuando nacemos. Pero la sociedad lo ha estigmatizado y la publicidad se ha encargado de enseñar que es obligatorio usar antitranspirante, porque "Cuando ella suda es sexy, cuando tú sudas APESTAS", o que le pondrás la axila a un hombre en la cara y estará tan seca y suave que el se enamorará de ti, también que si usas un feo vestido mitad blanco mitad negro no se manchará ... ¡ah! y también que menstruamos azul, pero eso es otra historia. La publicidad cumple su objetivo, vende, el problema es que no nos cuenta que lo que nos está ofreciendo puede ser nocivo para nuestra salud. 

Tod@s somos distint@s, así que si no les sirve uno, inténtenlo con otro producto. Somos lo que comemos, eviten alimentos muy condimentados y aunque la blusa sintética nos quede bonita, prefieran productos de algodón. 

Recuerden, retroceder nunca, rendirse jamás, el que busca siempre encuentra... así que ¡ÁNIMO!

Abrazos, nos leemos!!

Pri

De Santiago City.

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