Como he comentado en posts anteriores, la sostenibilidad es de suma importancia para la protección del medio ambiente y los derechos humanos, lo cual significa una gran evolución por parte de las marcas que deciden adoptar la sostenibilidad como principio rector de los bienes y servicios que ofrecen a los consumidores, quienes tienen el poder para impulsarlas o llevarlas a declive, y quienes finalmente son los protagonistas e incluso la inspiración para el desarrollo e innovación del mercado en cualquier industria, basándose en sus deseos y necesidades.

Para determinar si las marcas son sostenibles, es importante analizar una serie de aspectos clave como la transparencia, y no dejarse llevar por publicidad engañosa o campañas enfocadas en querer aparentar un modelo sostenible, cuando en realidad su filosofía es el consumismo, su producción dañina para el ambiente y su cadena de suministro sufre abusos en derechos humanos.

Ahora bien, un primer paso para conocer realmente a tus marcas favoritas, es cerciorarte de que se cuente con un código de ética tanto interno, como para sus proveedores (cadena de suministro), ya que de esa manera se demuestran las bases e intenciones que tienen para que las reglas de comportamiento, producción, servicio, trato a empleados y a terceros, etc., se encuentren perfectamente delimitadas y sea una guía clara para establecer su visión, misión y valores.

Asimismo, es importante analizar a través de herramientas como redes sociales, campañas publicitarias, declaraciones de altos ejecutivos, etc., si tienen como objetivo inculcar en los consumidores la práctica de consumo responsable, a través de estrategias de marketing que hagan sentir cómodo y seguro al consumidor o, de lo contrario, se inclinan por el consumismo, haciendo creer a la gente que necesita una cantidad incalculable de sus productos o servicios para pertenecer a cierto grupo social y sentirse bien consigo mismos.

Otro aspecto que es muy útil para realizar este análisis es asegurarte si en el caso de los productos, cuentan con empaques sustentables, elaborados con materiales amigables con el ambiente o que puedan ser reutilizados fácilmente. Lo mismo aplica para los productos per se, mismos que deben estar elaborados con materiales calidad que contaminen en la menor medida posible, no estar probados en animales ni consumir recursos naturales de manera voraz sin permitir su debida conservación y regeneración.

Finalmente, un punto trascendental y, generalmente olvidado, o poco tomado en cuenta es el de la situación de los trabajadores respecto a sus condiciones laborales, pues en ocasiones las marcas comercializan productos sumamente baratos y de calidad cuestionable, debido a la explotación que ejercen sobre los trabajadores, generalmente no de manera directa en sus corporativos, sino a través de proveedores ubicados en países con poco desarrollo y oportunidades de crecimiento, así como una legislación endeble en materia laboral, tolerando incluso el trabajo infantil. Por lo tanto, es indispensable investigar un acerca de quién está detrás de los productos que consumimos, siendo un factor positivo el que la marcas muestren a los trabajadores cuyo esfuerzo es el principal motor de su éxito, lo cual puede ser a través de campañas, mostrando sus nombres en los productos, o en su página web.

No olvides que tú como consumidor eres quien tiene el poder de cambiar y mejorar las industrias. Únicamente necesitas dedicar algunos minutos de tu tiempo para investigar e informarte acerca de cómo es el mundo “tras bambalinas” de todo lo que eliges y consumes.