Los animalitos llenan de alegría nuestras vidas con su sola presencia, por lo que muchos en algún momento de nuestras vidas hemos acudido a su compañía. Algunos prefieren tener perritos o gatitos, otros sin embargo, hemos encontrado en los conejitos el compañero perfecto: hermosos, tiernos, silenciosos y domesticables. Sí lo son, si bien tienen personalidades distintas con mucho amor y paciencia es posible enseñarles a no mordisquear, a hacer sus necesidades fisiológicas en un solo lugar y que puedan estar cerca nuestro sin temor. Al ser animales de presa tienen el instinto de huir de los desconocidos e incluso de nosotros mismos cuando están comenzando a vivir en nuestro hogar o cuando pasamos algunos días lejos de ellos hasta que vuelven a sentirse en confianza.

Personalmente he vivido con dos conejitos durante mi vida en diferentes momentos cada uno. Mi primer conejito se llamaba Pincky y era sumamente curioso e intrépido, mi segundo conejito y quien está hoy conmigo se llama Pepe, todo lo contrario a Pincky, es muy asustadizo por lo que también es más cuidadoso.

Aprendí de ambos que toda esta curiosidad va mermando a medida que crecen y que conocen el espacio donde vivirán que además hacen suyo, por lo que en principio es importante alejar cables, líquidos y cualquier material que pueda ser peligroso a su alcance. Una vez adaptados a su lugar lo querrán morder todo, para ello también es bueno que siempre tengan disponible heno en ramas o en cubos, según el que prefieran, también verduritas pues suelen descansar todo el día y levantarse cada cierto tiempo a buscar algo de comer y al no haber morderán lo que encuentren. De igual forma, no es recomendable que se alimenten en exceso con alimento balanceado (pienso) o frutas, pues al contener carbohidratos estaríamos propiciando que sufran de sobrepeso, de esto les hablaré un poco más en otra oportunidad.

Noté también que al explorar comienzan a dejar pis y caquita por doquier, pero lo hacían con más frecuencia en un sitio específico, así que ahí coloqué una bandeja de plástico grande y cómoda para que entraran en ella, con papel que contenía su propio pis de modo que reconocieran su olor, al mismo tiempo que limpiaba con algún vinagre el resto de los lugares. Por otro lado, les hice un corral (nunca he usado jaulas) y durante las noches los guardaba en él, ahí tenían comida, agua y su bandeja sanitaria, ya que es cuando están más activos y hacen más pis y caca, de esa forma les reducía el espacio y por ende las alternativas para hacer sus necesidades. Esto lo hice durante unos pocos meses hasta que se acostumbraron.

Hoy por hoy Pepe juega y va por mi casa libre todo el día, hemos estado incluso en otras casas y simplemente debo llevar su bandeja con nosotros pues sin importar lo ajeno que sea el lugar para él siempre que quiera hacer pis o del número dos, acudirá sin excepción y por si solo a su bandeja. ¡Es un genio!

Definitivamente han sido para mí los compañeros ideales, Pepe me llena de amor, pero no demanda constantemente mi atención ni mi compañía. Podríamos pensar que al ser animalitos que se dejan acariciar fácilmente les gusta que los mimen todo el día y no, les gusta mucho estar solos, echarse a dormir y/o explorar sin que los estemos tocando todo el tiempo.

Si alguna vez decides tener un conejito en tu vida recuerda que será un miembro más de la familia y si hay niños en casa se les debe enseñar que no son juguetes. Por otra parte, una vez que haya pasado la novedad debemos seguir brindándole todo el amor y los cuidados que requiera. Será nuestra total responsabilidad durante un largo tiempo, ya que pueden vivir hasta 10 años así que como en el caso de cualquier otra mascota debemos primero que nada estar seguros de que queremos y podemos realmente tenerlos bajo nuestro cuidado.

Espero les haya gustado y les sea útil, les envío un abrazo enorme y les dejo una foto de mi Pepito, en casa posando en dos patitas.Espero poder seguir contándoles un poco mas sobre esta hermosa experiencia.

¡¡¡Besos!!!