Argentina-China: un negocio que cuesta millones de vidas
“Lo peor que podría suceder es que en su propósito de volver a crecer económicamente el Estado Argentino apunte a legislar contra el ambiente, acentuando la crisis ambiental y climática, así como las desigualdades Norte-Sur y entre los diferentes grupos sociales. Hay que entender de una vez por todas que la justicia ecológica y social van juntas, que no sirve una sin la otra” Maristella Svampa y Enrique Viale.
En este posteo les quiero contar un poco sobre un tema que generó mucho debate en Argentina en el último mes, para los que no tienen información voy a hacer una breve introducción.
Desde Marzo del 2020 los gobiernos de Argentina y China comenzaron a dialogar por una propuesta realizada por las autoridades del régimen de Xi Jinping, presidente del gigante asiático. El proyecto consta en garantizar a China hasta 900.000 toneladas anuales de carne de cerdo y contempla el desarrollo de mega granjas con capacidad para albergar a 300.000 hembras.
La oferta se debería desarrollar en el lapso de 6 años, mediante la cual China apunta a recuperar el stock de carne que perdió a partir de la matanza de cerdos que llevó a cabo el año pasado tras un brote de Peste Porcina Africana. Las autoridades sanitarias de ese país aniquilaron al 40% del ganado porcino y la posterior escasez de productos derivó en la decisión de salir a buscar otros países en el mundo para criar los animales que necesita la potencia asiática.
Los gobiernos de las distintas provincias argentinas ofrecieron desde instalaciones en las que ya se cría ganado porcino hasta la posibilidad de empezar a construir granjas por su cuenta con tal de recibir parte de la inversión.
Con el fin de enriquecer el debate, quiero compartirles algunos datos estadísticos actuales y cómo serian si se concretara este acuerdo con China. Si bien no hay un informe oficial del Gobierno sobre cómo sería el acuerdo, portales de Argentina pudieron llegar a algunas conclusiones.
Jorge Neme, uno de los funcionarios de cancillería que está involucrado en este acuerdo, comentó que la Argentina hoy participa en apenas el 0,5% de la carne de cerdo que se produce a nivel mundial, por lo que el proyecto permitiría duplicar la producción de carne porcina de nuestro país, es decir, pasaríamos a producir el 1%.
Contó también que el plan es que las granjas porcinas se instalen en las provincias del norte del país, regiones donde se producen unas 8 millones de toneladas de maíz. La producción de carne de cerdo en esas granjas requiere de 3,5 millones de toneladas de maíz adicionales, que suponen la producción de 900.000 a 1 millón de toneladas de carne porcina con 300.000 a 350.000 madres.
Estos son solo dos puntos que creo interesante plantear, ya que generarían que las poblaciones que viven alrededor de estas granjas lo hagan en condiciones insalubres, por estar en contacto con las heces de 100 millones de cerdos y por la consecuente inhalación de agrotóxicos que se usarían para la producción del alimento de estos cerdos, entre otras causas.
Por otro lado, quiero contarles un poco sobre el impacto ambiental que este proyecto generaría.
Varias organizaciones ecologistas, como Greenpeace, cuestionaron este plan porque va en contra de los principios que se busca instalar en las nuevas sociedades para frenar el cambio climático. Distintos sectores vienen reclamando a nivel global la necesidad de reducir el consumo de carne y que la producción se realice en forma agroecológica, por lo que dicho acuerdo implicaría un aumento exponencial del actual stock porcino, realizado bajo métodos no sustentables.
Esto también tiene íntima relación con algunas cosas que están pasando en simultáneo en nuestro país. Con la cuarentena se incrementó la deforestación por causa del avance de la frontera agropecuaria (soja transgénica, ganadería intensiva, etc). Cabe destacar que en las provincias donde más se realizó esta práctica son las mismas provincias en las que se llevaría a cabo la industrialización porcina para China.
Argentina está entre los 10 países que más desmontaron en las últimas tres décadas: se perdieron cerca de 8 millones de hectáreas de bosques ¿Cuáles son las consecuencias? Inundaciones, desertificación, cambio climático y más enfermedades.
A todo esto sumemos que China nos “cedería” su producción e “invertiría” en nuestro país porque quiere dejar de ser foco de grandes pandemias ¿Realmente queremos ser un país necio que produce pestes?
La pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas por la deforestación, el cambio del uso de la tierra y la agricultura intensiva, agrava aún más el problema al disminuir la disponibilidad de agua y otros recursos esenciales para reducir la transmisión de enfermedades y mitigar el impacto de las infecciones. Tengamos en cuenta que uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en la Agenda 2030 de Argentina está referido al agua limpia y saneamiento
¿A qué quiero llegar con todo esto?
A que la situación actual nos obliga a tomar compromiso y decisiones basándonos en las consecuencias que las distintas prácticas generan en el medioambiente.
Estamos frente a una emergencia climática, que si no actuamos al respecto vamos a terminar acabando con todas las especies que habitan nuestro planeta.
Muchas veces nos vemos cegados por el dinero o por lo que nos convencen nuestros organismos gubernamentales. “Esto promete un aumento del PBI”, “Habrá más trabajo para los ciudadanos”, “Se necesitarán menos planes sociales”… ¿Qué precio estamos dispuestos a pagar por este acuerdo? ¿A costas de qué habrá más trabajo? ¿Aumento del PBI? ¿Para quiénes? ¿Soberanía alimentaria?
Este acuerdo nos sitúa cada vez más lejos de la soberanía alimentaria que queremos lograr. Tenemos que ser consecuentes de las decisiones que estamos tomando, el beneficio es para las grandes empresas, para los sectores altos de la sociedad, lo que generaría una diferencia entre regiones norte-sur de nuestro país. Todo esto a costa de ser un centro de nuevas pandemias, estar “a favor” de la industria de la carne, “a favor” del impacto ambiental que esto genera.
Las sociedades tiene derecho a opinar e involucrarse en temas relacionados con el medioambiente, porque después las decisiones que se toman parecen reflejar la opinión de todos y creo que más del 50% de los ciudadanos se está levantando en contra de este acuerdo.
En el contexto que estamos viviendo de pandemia, parece que para los organismos gubernamentales de nuestro país todavía no es una de las prioridades el planteo de un modelo de producción más sustentable, que se pueda mantener en el tiempo y que no se base en la explotación de los ecosistemas.
Esta política internacional denota una vez más, no solo la falta de conciencia ambiental y cultural, sino como el estado no prioriza este tema y que esto no suceda lo convierte en un problema público que nos afecta a todos.
La única solución es tener una agenda que sea ambientalista, ecologista, que piense en un futuro sustentable y sostenible, que se apliquen mecanismos del comercio justo y la consolidación de un sistema agroalimentario nacional, que se haga un plan integral donde los residuos sean reutilizados para generar energías limpias (BioGás, electricidad, fertilizantes naturales, etc.)
Esto también implica visibilizar cuestiones que están inmersas en el ámbito rural relacionadas con el movimiento feminista, que se luche contra el patriarcado en el campo y reconocer el rol de las mujeres y las disidencias campesinas en la cadena de producción.
Esta medida planteada por el gobierno no intenta solucionar el problema de raíz, sino que pretende poner un parche para tapar todos los problemas que hay detrás. En lugar de estar destinado a generar trabajo y reducir la desigualdad, lo que va a generar es un aumento de las ganancias de los grandes privados, por lo que esa inversión no va a estar destinada a erradicar el porcentaje de pobreza que tenemos actualmente en el país.
Se aplazó hasta noviembre, pero queremos decir #BastaDeFalsasSoluciones #NiEnNoviembreNiNunca.
-Imágenes extraídas de https://www.greenpeace.org
-Algunos datos extraídos de www.greenpeace.org y www.iprofesional.com
-Imagen de portada ilustrada por @lola.aflora
@emiliaaflores
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