articulos |Publicado el 19-03-2025

Violencia estética: el regreso de estereotipos de belleza hegemónicos

La violencia estética, concepto que hace referencia a la imposición de cánones de belleza irreales en la sociedad, ha regresado estos últimos años con mucha fuerza, por medio de tendencias de moda, cosmética e incluso el boom de los medicamentos para adelgazar, que han vuelto a levantar la discusión sobre los estereotipos de belleza hegemónica.

Si buscas la palabra Ozempic en Google, obtienes cerca de 530 millones de resultados de búsqueda, este medicamento junto a otros que se utilizan para tratamiento de diabetes, han sido popularizados como medicamentos para la baja de peso, y han marcado un nuevo estereotipo de belleza en los medios de comunicación y en las redes sociales. Actrices, cantantes, modelos, autoridades, entre otras personalidades públicas, han cambiado drásticamente su peso, y establecido un nuevo culto a la delgadez.

El año 2012, la doctora en Ciencias Sociales Esther Pineda conceptualizó el fenómeno a través de la publicación de su libro “Bellas para morir. Estereotipos de género y violencia estética contra la mujer”, y definió como Violencia Estética la presión a la que son sometidas las mujeres para responder a la expectativa y exigencias de belleza.

Este tipo de violencia sigue presente y latente en nuestra sociedad, como ya lo indicaba Pineda, “se fundamenta sobre cuatro premisas: el sexismo, la gerontofobia, el racismo y la gordofobia, por lo cual siempre le va a exigir a las mujeres feminidad, juventud, blanquitud y delgadez”. Y esto lo vemos reflejado en tendencias de belleza y en redes sociales, por medio de la normalización de tratamientos estéticos invasivos y el constante uso de filtros para modificar rostros y cuerpos.

El año 2022 se registró la realización de más de 9 millones de procedimientos con bótox en todo el mundo, lo que representa un aumento del 26.1% con respecto a 2021, y según datos de la OMS un 9% de la población mundial sufre algún tipo de trastorno por conducta alimenticia, lo que equivale a unos 70 millones de personas: “Lejos de avanzar hacia una belleza inclusiva que respete la infinita diversidad que hay en el mundo, los últimos años vemos un retroceso hacia cánones de belleza hegemónicos, que buscan instaurar conceptos de delgadez, edadismo y discriminación por envejecimiento, y una perfección que es imposible de alcanzar. Estamos eliminando los esfuerzos que diversas organizaciones e instituciones han realizado por la salud mental de las personas y la inclusión corporal en el mundo” menciona Nicole Valdebenito, Directora de Incidencia de Te Protejo. Tendencias en redes sociales reafirman este retroceso, la estética clean, los filtros para una piel perfecta, e incluso aquellos que modifican cuerpos para una cintura más pequeña, perpetúan una vez más la idea de que la belleza solo es blanca, delgada, joven y machista, pues son principalmente las mujeres y la comunidad LGBTQIA+ quienes se ven obligadas a seguir estos patrones.

Este retroceso nos invita a cuestionar qué acciones podemos tomar para evitar propagar la violencia estética no sólo en futuras generaciones, sino también en otros canales de comunicación. Siguiendo las recomendaciones de la escritora y socióloga Esther Pineda, podemos “entender que no es un problema individual, sino que es un problema social, multicausal y plurifactorial. Por ello debe ser abordado y atendido desde diferentes ámbitos. No basta el amor propio, debe cambiar la forma en que las personas son vistas y tratadas socialmente por su imagen y su corporalidad, lo cual implica comenzar a erradicar chistes, comentarios y juicios sobre la imagen y los cuerpos de otras personas en el ámbito familiar, en las relaciones de pareja, en la escuela en el trabajo; exigir a los medios de comunicación mayor diversidad corporal, de edad, étnico-racial en sus narrativas y representaciones; incentivar la discusión de estos temas en los espacios en los que hacemos vida y colectivizar la experiencia”.

Te invitamos a reflexionar cómo este tipo de violencia afecta tu día a día, y de qué forma puedes evitar su propagación en tus círculos sociales.