articulos |Publicado el 15-11-2019

Parent companies/compañías madre: Lo que hay que saber

Parte de la información que necesitamos para realizar decisiones de consumo es conocer las compañías detrás de las marcas que tenemos enfrente. Puede que, a veces, ignoremos que los productos que compramos pertenecen a una marca que a su vez pertenece a un conglomerado de marcas con distintos valores. Está claro que todas las empresas necesitan ganancias y entre sus prioridades, lamentablemente, no siempre se encuentra el ser cruelty free. Por ejemplo: probablemente tú conozcas un producto de la industria alimenticia que es vendido como apto para veganos, pero la marca que lo vende también comercializa productos que no lo son. Sucede algo parecido con los productos de belleza y cuidado personal. Es bien sabido que hay varios gigantes en el mundo del maquillaje, las cremas, jabones, shampoo... etcétera. Por desgracia, la mayoría de las marcas grandes no son cruelty free. Sin embargo, muchas de ellas son dueñas de compañías que sí lo son. Esto puede resultar un problema para muchos. ¿Cuáles son los argumentos para realizar decisiones de consumo con base en ello? Cuando un conglomerado adquiere una marca que es libre de crueldad, suceden varias cosas:

  1. La marca cruelty free en cuestión mantiene su estatus: Es decir, en realidad los laboratorios son independientes, no hay cambios en las políticas sobre pruebas en animales y la certificación cruelty free es renovada independientemente de otros cambios en la marca.
  2. La marca cruelty free en cuestión pierde su estatus: No se renueva la certificación cruelty free, cambian sus políticas sobre pruebas en animales y probablemente también puede empezar a ser vendida en lugares donde las pruebas en animales sean obligatorias.
En ambos casos, existen otras consecuencias:
  1. La marca, cruelty free o no, adquiere nuevos canales de comercialización. Tiene mayor distribución y publicidad. Lo cual podría significar, en caso de haberse mantenido como cruelty free, que su disponibilidad aumente y llegue a más personas, que sea más fácil de adquirir.
  2. Las ganancias de la marca, a final de cuentas, están destinadas a una compañía que no es libre de crueldad. Una forma radical de verlo para muchas personas es que, de forma indirecta, se contribuye a las pruebas en animales.
Otros aspectos a considerar son los siguientes:
  • Comprar productos cruelty free puede alentar a la compañía a que las políticas de la marca se mantengan. Incluso a que busque la certificación de otras.
  • El que una marca se vuelva más accesible contribuye a su consumo. No todas las personas pueden permitirse comprar únicamente marcas que no pertenecen a compañías que hacen pruebas en animales. Y, por lo general, las marcas adquiridas por conglomerados, pueden bajar de precio o comenzar a tener descuentos, venderse en un mayor número de establecimientos o por internet o aumentar la oferta de sus productos en lugares en los que ya se comercializaba.
Recordemos que en el mundo cruelty free existen compañías de todo tipo: low cost/drugstore (de bajo costo/de farmacia), medium range (de gama media) y high end/luxury (gama alta/de lujo). El rango al que pertenecen no tiene nada que ver con que pertenezcan a un conglomerado que hace pruebas en animales. Así que existen compañías independientes (es decir, no cuentan con compañías madre) de todo rango. Apoyarlas o no es una decisión personal. Si decides consumir únicamente productos que pertenezcan a compañías con políticas cruelty free, te recomendamos lo siguiente: Observa el empaque o envase de lo que compras. Generalmente, en las etiquetas es fácil visualizar la marca o compañía detrás de un artículo. Siempre puedes buscar información de la compañía, antes o después de haber comprado el artículo. Recuerda que existen marcas nacionales que cuentan con alguna certificación cruelty free. Las iniciativas de este tipo suelen provenir de empresas pequeñas y comprarles significa además apoyar la industria nacional. Es recomendable investigar si una marca sin certificación se encuentra a la venta en China: el principal país donde las pruebas cosméticas en animales son obligatorias. ¿Tienes más dudas? Puedes escribirme.   Créditos de fotografía: TaiLi Samson.