A más de un año de que para todos comenzó un periodo de incertidumbre, encierro, pero a la vez, de mucha reflexión y retrospección, he comprobado que esto último ha sido un instrumento poderoso de cambios, tanto en lo individual, como en lo colectivo. Es por eso que en este post les cuento acerca de cómo la práctica de meditación es una herramienta para tu sanación y, en consecuencia, para la del planeta.

La meditación es una práctica por medio de la cual hacemos una pausa del ajetreo del día a día, pero sobre todo del que tiene que ver con la mente, con objeto de ser conscientes de cosas tan sencillas como lo es la respiración. Al detenernos por un momento, sin importar la duración del mismo, salimos de la inercia de nuestras actividades, la mayoría de las cuales realizamos en automático, y con esta pausa podemos estar presentes, así como plenamente conscientes del momento único e irrepetible en el que nos encontramos, lo cual, tiene diversos beneficios como, por ejemplo, el valorar nuestro tiempo, salud, la naturaleza que nos rodea, o incluso, el simple hecho de estar vivos; teniendo como consecuencia el agradecimiento, la apreciación y valoración de todo lo que nos rodea, así como de nosotros mismos.

Para meditar no es necesario tener ningún tipo de conocimiento, aunque claro, como toda actividad, por medio de la practica constante se puede perfeccionar o explorar diversas técnicas, sin embargo, cualquiera que respire puede meditar, pues al hacerlo de manera consciente regresamos a nosotros, lo cual, relaja y descansa nuestra mente, emociones y cuerpo físico. La clave es tener plena consciencia al realizar cualquier actividad para dejar por un momento de vivir en piloto automático.

Existen diversos tipos de meditaciones como, por ejemplo, budista, zen y kundalini, siendo esta última la que en lo personal me agrada más practicar, sin embargo, no es necesario inclinarse por ningún estilo en particular, ya que pueden acceder en plataformas como Youtube a meditaciones sencillas que son guiadas y enfocadas a temas específicos que requieran trabajar como, sanación física, dormir profundamente, soltar ciertas situaciones o conductas, entre muchas otras.

Ahora bien, al practicar la meditación y, por consecuencia, encontrarnos en un estado de mayor consciencia, es más sencillo que podamos realizar elecciones benéficas en el día a día, tanto para nosotros mismos, las personas que nos rodean y para el planeta en general. Esto, debido a que se desarrolla el sentido de apreciación y valoración, lo cual hace que busquemos contribuir y no restar o dañar, pudiendo realizar de manera cotidiana pequeños actos que hagan de este mundo un lugar mejor con mayor facilidad.

Los invito a experimentar la meditación, su gran poder y beneficios. Para quien sea su primera práctica puede hacer algo tan sencillo como lo siguiente: Cerrar los ojos estando sentado o acostado, mantenerse en silencio o con música relajante e inhalar y exhalar profundamente concentrándose en esa actividad durante un minuto, tratando de no pensar en ningún pendiente o preocupación, sino concentrarse en el aquí y el ahora, prestando atención al curso de su respiración. Les aseguro que sentirán una gran diferencia.