El 2020 ha sido un año peculiar y en ocasiones complicado en diversos ámbitos, pero también ha sido un tiempo en el que, debido a las medidas que tuvieron que imponerse alrededor del mundo para superar la crisis sanitaria del Covid-19, hemos tenido oportunidad de tener más tiempo disponible para hacer una pausa y reflexionar acerca de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Lo cual, se traduce en la posibilidad de tomar acciones distintas para obtener resultados diferentes que son necesarios en distintos rubros.

El turismo sostenible se define como “aquellas actividades turísticas respetuosas con el medio natural, cultural y social, y con los valores de una comunidad, que permite disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes”. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado que objetivo del turismo sostenible es la erradicación de la pobreza y la protección del medio ambiente.

Lo anterior, nos muestra el gran valor agregado que tiene elegir destinos, hospedajes y actividades sostenibles cuando estemos pensando en tomarnos un tiempo de recreación o descanso fuera de las actividades cotidianas. Esto lo podemos lograr llevando a cabo una pequeña búsqueda o investigación acerca de los lugares de interés tomando en cuenta aspectos como, por ejemplo, la manera en que los hoteles se abastecen de agua y energía; el respeto y cuidado que se tiene por la flora y fauna del lugar al momento de organizar excursiones o actividades en la naturaleza; e incluso, la manera en que se beneficia e involucra a la comunidad aledaña, respetando su trabajo, cultura y espacio.

Por otro lado, es necesario impulsar e incorporar un mayor número de valores y prácticas locales y autóctonas en el turismo, para hacer del sector un agente de cambio con miras al logro del consumo y la producción sostenibles, en la conservación ambiental y cultural, el bienestar socioeconómico y la planificación y el desarrollo de un turismo resiliente, acorde con los Objetivos de Desarrollo Sostenible plasmados en la agenda 2030, los cuales son el fin de la pobreza; agua limpia y saneamiento; energía asequible y no contaminante; trabajo decente y crecimiento económico, entre otros.

Es importante tomar conciencia de que el llevar a cabo un turismo irresponsable y, por lo tanto, no sostenible, puede tener consecuencias directas muy graves e irreversibles para el medio ambiente y para la población que habite en el lugar afectado, pero también puede tener esas consecuencias de manera indirecta para todos los habitantes del planeta al afectar los océanos, la calidad del aire, las especies en peligro de extinción, etc.

Ciertamente, estamos atravesando una crisis sanitaria a nivel mundial, sin embargo, poco a poco y tomando las debidas precauciones señaladas por las autoridades, se está reactivando el turismo nacional y, como consecuencia, la economía; por lo que ahora más que nunca debemos pensar más allá de la comodidad o diversión al momento de optar por cierto destino o actividad, apostando por ejercer un turismo sostenible para beneficio todos.

Los invito a elegir una opción sustentable para su próximo viaje por las maravillas que ofrece México y a estar pendientes de mis próximos post!

Greta F.

Fuentes:

https://www.turismo-sostenible.org

unwto.org